No hay mal que dure 100 años... o sí: Macri emite un bono para pagar su deuda

  • Argentina sorprendió al mercado con la emisión de un bono por 2.750 millones de dólares a pagar en 100 años, con un interés del 7,9%.

    El gobierno ha confirmado que el “destino de los fondos será la atención del servicio de la deuda y gastos no operativos de la Administración Nacional".

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No hay mal que dure 100 años o sí: El gobierno argentino emite un bono a un siglo para pagar su deuda
No hay mal que dure 100 años o sí: El gobierno argentino emite un bono a un siglo para pagar su deuda

Hace dos semanas el gobierno argentino, presidido por Mauricio Macri, sorprendió a los mercados con la colocación de 2.750 millones de dólares mediante un bono a 100 años -el mayor plazo jamás acordado por Argentina- con un interés del 7,9%. Según el ministro de finanzas del país, Luis Caputo, “una emisión de este tipo es posible gracias a que logramos recuperar la credibilidad y la confianza del mundo en Argentina y en el futuro de nuestra economía”.

Argentina vuelve a los mercados gracias a la confianza depositada en Macri, que ganó las elecciones a finales de 2015 y relevó en el cargo a Cristina Fernández de Kirchner. Prueba de ello es que el bono a 100 años tuvo una buena acogida entre los inversores cuyos pedidos superaron los 9.750 millones de dólares. Buenos Aires se suma así a la lista de países que ha apostado por este instrumento para comprobar la confianza de los mercados, así como fortalecer la solvencia de sus balances al retrasar la media de los vencimientos de la deuda pública.

México se convirtió en la primavera de 2015 en el primer emisor soberano en vender deuda con vencimiento a un siglo vista, con una rentabilidad del 4,2%, siendo secundado meses después por Bélgica, que vendió sus primeros bonos a 100 años con un interés del 2,50%, y ya en 2016 por Irlanda, que colocó su deuda centenaria al 2,35%. Asimismo, compañías como la brasileña Petrobras o la francesa EDF han vendido bonos con vencimiento a 100 años.

Hay muchos inversores internacionales que están buscando rentabilidades altas en un contexto en el que los tipos de intereses son bajísimos o inclusos negativos, en algunos casos son los inversores los que pagan a los países por guardar su dinero”, asegura el profesor de Economía Mundial de la Universitat Abat Oliba CEU. En un contexto así no parece una propuesta mala.

Sin embargo, invertir en un país que ha quebrado en ocho ocasiones desde su independencia en 1811 genera cierta incertidumbre. El jefe de analistas Monex Europa para España, Manuel Ortiz-Olave, asegura que es “una apuesta arriesgada”, pero con la prima de riesgo actual y con las medidas que está llevando a cabo el presidente “el riesgo podría reducirse y, con él, los tipos de interés, lo que resultaría en un aumento del valor de los bonos debido a la relación indirecta entre los precios de los bonos y los tipos de interés”.

Por su parte, Frank Lipowski, gestor del fondo Flossbach von Storch–Bond Opportunities explica que “a grosso modo el país devolvería aproximadamente en 13 años la inversión inicial mediante el pago de cupones, siempre que cumpla con los plazos". Según sus cálculos, en Argentina deben permanecer solventes durante 20 años para que esta exótica inversión merezca más atención que una inversión directa en el Tesoro de Estados Unidos. "Y este plazo es dudosamente asumible para Argentina" como la historia nos ha enseñado. A pesar de estas pobres expectativas, "pueden darse escenarios donde se puedan recoger pagos de cupones y también, aunque temporalmente, algún alza en la cotización. Pero quizás esta ilusión, por llamarlo de alguna manera, se convierta en su perdición”.Críticas al bono a 100 años 

El regreso al mercado de Argentina se produce tras años de ausencia y con un cambio en la política del país. Durante los 12 de kirchnerismo, el gobierno aumentó el gasto público y respondió a la crisis fomentando el consumo interno y acelerando la expansión monetaria. Y, según muchos economistas, eso hizo crecer la inflación. En 2016, rondó el 40%, una de las cifras más altas del mundo, solo superada por Venezuela.  El presidente argentino está en guerra contra la inflación. “La inflación es tóxica”, dijo durante su visita oficial a España a principios de este mes de marzo. El conservador no quiere emitir moneda, por eso acude al crédito internacional.

A través de la Resolución 97-E/2017 publicada en el Boletín Oficial, el ministro de Finanzas, Luis Caputo, imputado por la emisión de este bono, ofreció detalles de la colocación de los bonos internacionales. Anunció que los bancos que se ocuparon de la colocación conjunta fueron el Citigroup Global Markets INC; HSBC Securities INC; Nomura Securities International INC; y Santander Investment Securities INC. Cobrarán una comisión del 0,12 por ciento, unos 3,3 millones de dólares.

"El destino de los fondos será la atención del servicio de la deuda y gastos no operativos de la Administración Nacional", dice la Resolución. En el artículo segundo, indica que Argentina tendrá derecho, a su opción, a rescatar estos bonos "en forma total o parcial en cualquier momento o en forma periódica antes de su vencimiento". Esto significa que el Gobierno reconoce que el dinero será destinado al pago de la deuda externa y financiar parte del gasto público.

Según informó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el déficit fiscal aumentó 2,4 puntos porcentuales en 2016 y alcanzó al 6,1 por ciento del PIB, mientras que la deuda externa pública y privada alcanzó en marzo los 204.509 millones de dólares, según informó el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC). Así que ¿no hay mal que 100 años dure?

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