Parece que la crisis de los 40 no le sentó nada bien a John Lennon. Al menos así lo asegura en un documental su antiguo asistente personal, Fred Seaman, que afirma que durante los últimos meses de su vida el líder de los Beatles abandonó sus utópicas ideas de paz y libertad para abrazar una ideología más conservadora, cercana al partido republicano de Estados Unidos.
"John lo tenía muy claro: si hubiese sido estadounidense habría votado a Reagan. Estaba muy desencantado con los demócratas y con Jimmy Carter", recuerda Seaman, mano derecha del icono de la música pacifista desde febrero de 1979 hasta que fue asesinado por Mark David Chapman el 8 de enero de 1980.
"Conoció a Reagan en un evento deportivo a mediados de los 70", explica Seaman, y desde ese momento surgió una admiración mutua. "[John Lennon] debió olvidar de que Reagan fue el que envió poco antes a la Guardia Nacional para disolver a los pacifistas", afirma su ex empleado.
En el documental 'Beatles Stories', Seaman retrata a artista muy distinto al que escribió éxitos como 'Give Peace a Chance' o 'Help!' El ex empleado del cantante británico revela que Lennon se sentía avergonzado de su pertenencia al movimiento hippy, de la postura radical adoptada en sus años juveniles y de la escasa capacidad de los activistas de su época.
"Era una persona muy diferente en 1979 y 1980 de lo que lo que había sido cuando escribió 'Imagine'. Consideraba su pasado como naive y estaba abochornado", señala Seaman ante las cámaras del director Seth Swirsky.
El ex asesor del cantante recuerda que Lennon disfrutaba discutiendo con los militantes de izquierda sobre la escasa capacidad de estos movimientos para lograr cambios. "Recuerdo las discusiones sobre política que tenía con mi tío, un comunista de la vieja escuela".
Los seguidores de Lennon no han tardado en reaccionar ante las revelaciones de Seaman. Dudan de la credibilidad del ex asistente, ya que en 1983 fue condenado a cinco años de arresto domiciliario por haber sustraído unas revistas de la casa del cantante.
Años después, en 2001, tuvo que disculparse formalmente con Yoko Ono ante un tribunal por haber violado un contrato de confidencialidad. Seaman se declaró culpable de revelar secretos de la relación profesional que mantuvo con el cantante a cambio de grandes sumas de dinero.
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