La escasez golpea a los venezolanos: "La gente está desesperada... se pelea hasta por el pan"

    • La falta de harina de trigo ha provocado que los caraqueños hagan guardias y colas de más de dos horas para adquirir una barra de pan por persona.
    • La escasez de productos básicos como la leche, el aceite o el jabón es una constante en el país.
    • Muchos optan por 'arrasar' con las reservas para preparar su despensa de cara a tiempos peores.
Cerrados algunos comercios venezolanos por falta de mercancías, dice el gremio
Cerrados algunos comercios venezolanos por falta de mercancías, dice el gremio

Patricia, Guillermo y Naky se levantaron hoy en Caracas sabiendo que tendrían que esperar dos horas para conseguir una barra de pan. Esta semana el problema es la harina de trigo, pero las anteriores había sido la leche, el aceite o los productos de limpieza. Para muchos, que ciertos estantes estén vacíos en el automercado -como se denominan allí los supermercados- ya es casi una costumbre. Para otros, una nueva oportunidad de ejercitar su resignación.

Aunque la mayoría de los venezolanos desayunen las tradicionales arepas hechas con maíz, no son pocos los que han notado la falta de la harina de trigo durante los últimos días. Las colas frente a los establecimientos se han alargado y se han impuesto medidas propias de una cartilla de racionamiento. "Ayer fui a buscar pan a la panadería más cercana y nos dijeron que estaban dando sólo una barra por persona", explica Guillermo Salas, de 45 años y residente en la capital venezolana.

Guillermo asegura haber vivido muchos tipos de desabastecimiento en la ciudad, pero no ninguno como éste, en el que "muchos productos están faltando de un solo golpe". "Esto ha ido de poco a poco. Primero empezó a faltar aceite, después fue el azúcar, luego el café... Y ahora resulta que desde hace un tiempo ha venido faltando la harina", detalla el caraqueño, que en los últimos tiempos asegura haber tenido que realizar auténticas 'peregrinaciones' por toda la ciudad para hacerse con un producto básico o 'correr' para conseguir una harina que se acaba a los 15 minutos de llegar a los comercios.

Patricia Estrada, de 35 años, reside en uno de los mejores barrios de Caracas, el municipio de El Hatrillo, donde los problemas de escasez han golpeado de igual manera a los ciudadanos y la bajada de la calidad del pan era el prefacio de la escasez que estaba por venir. "La gente se pelea, faltan cosas en los carritos..., la desesperación es muy alta", comenta la venezolana.

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En su área, sin embargo, es más sencillo hacerse un hueco en las colas porque hay menor densidad de gente. "El desabastecimiento aquí es diferente a como lo vive la gente de las zonas más necesitadas, porque nos enteramos más rápido de cuándo llegan los productos", explica la caraqueña, que asegura que las colas en los barrios menos populares son más pequeñas.

Nadie se escapa, no obstante, de esperar en torno a dos horas para adquirir una barra de pan. La tecnología ha facilitado la vida en el entorno de Patricia, donde avisar de la llegada de los productos básicos a los establecimientos a través de las redes sociales se ha convertido en una costumbre. "Yo tengo en el WhatsApp un grupo con las mamás del colegio, y si hay una que baja al automercado ve que venden leche, manda un mensaje y nos avisa", explica la venezolana, madre de dos niños pequeños.Ni leche, ni azúcar, ni pescado

En la zona de las Delicias, tres panaderías que surten al área están viviendo el mismo drama de la escasez. Naky Soto, de 39 años y vecina del barrio, explica que el Gobierno fijó el precio de la barra de pan en 3 bolívares (0,35 euros), algo que no sale a cuenta a los distribuidores y productores, cuyos gastos se disparan a los 15 bolívares (1,7 euros) en momentos de desabastecimiento."Es un precio ficticio, y además insostenible para el mantenimiento de los establecimientos", comenta.

Naky considera un "problema gravísimo" que los venezolanos se hayan acostumbrado a la escasez, amoldando sus dietas y rutinas a la falta de productos básicos. "Temer que no haya papel de baño es una locura. Ahora no hay azúcar y la leche es un producto que aparece y desaparece. Pueden pasar dos meses y nadie sabe dónde está. Las redes de distribución funcionan como los Huevos de Pascua", expone.

Otros bienes, como los productos de limpieza o el pescado, también han corrido una suerte similar. Resulta irónico que en un país costero como Venezuela este sea un producto difícil de conseguir, pero así ha sucedido, como explica Naky: "Nuevamente fue una ley del Gobierno la que prohibió la pesca de arrastre. Se afectó a importantes redes cooperativas de pescadores venezolanos, y ahora no es rentable obtenerlo porque el precio está regulado independientemente de los costes que haya supuesto".

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Las restricciones en caja no sólo se han impuesto para el pan. Las épocas de desabastecimiento suelen venir acompañadas de un control, gubernamental o particular, de las unidades del producto que escasea. "Es humillante que tú tengas la necesidad de comprar leche para tus hijos y que cuando la vayas a pagar te digan que sólo puedes llevarte dos bricks, y no cuatro", sostiene Patricia, que asegura que "hace muchos meses" que la carne empaquetada "no existe" en su supermercado más cercano.Con las despensas preparadas

El desabastecimiento es el pan de cada día en la Venezuela de hoy. Las expropiaciones, los problemas en la red de distribución y el intervencionismo del Gobierno bolivariano crean nuevos conflictos con asiduidad. La única manera de afrontarlos es previniendo. Pero ese tampoco es plato de buen gusto para todos. Patricia dice sentirse culpable por haber llenado su despensa por si venían tiempos peores.

"Es casi vergonzoso. Nosotros compramos muchísimo y vamos guardando, pero imagínate que todo el mundo haga lo mismo. No te puedes arriesgar a que llegue un momento complicado. Nosotros nunca hemos llegado a una situación en la que no tengamos nada que comer, pero sí que te preguntas cómo mantener las costumbres alimenticias", confiesa.

Guillermo ha vivido momentos en los que tuvo que modificar los hábitos de sus hijos. "Ellos toman unos batidos con cereales especiales para niños pequeños. Cuando no hubo, tuvimos que comprarles leche completa, pero después tampoco hubo leche completa y tuvimos que recurrir a las redes sociales para que alguien nos dijera donde había", relata. El padre de familia no comrpende cómo los partidarios de Nicolás Maduro, el presidente del país, siguen haciendo "la vista gorda", ante una situación que sufren todos."Les lavan el cerebro. Cuando faltan productos, de repente les dan un bono y eso es lo que cuenta, sobre todo para la gente más ignorante", opina.

Naky no tiene niños, pero comprende que esta situación despierte la angustia social sobre todo entre los padres."Esta variable golpea a mucha gente. Nuestra tasa de natalidad, al final, es lo que procura algún equilibrio frente a nuestra tasa de asesinatos anuales", reprocha.

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