Se supone que esa isla ya no existe. Se llama Sandy y hace poco se supo que era una isla que solo aparecía en los mapas pero que no existía.
El barco científico australiano SV Southern Surveyor estaba realizando una inspección de los corales, y, aprovechando 25 días de singladura se internó en busca de la isla de Sandy. Aparecía en los mapas. Tenía forma de salchichón y estaba situada entre Nueva Caledonia y Australia.
Pero al llegar a la zona, algo fallaba: ahí solo había agua y la profundidad del mar era de 1.400 metros. Desde entonces se sabe que todo fue una invención aunque todavía se desconoce al cartógrafo juguetón.
Sin embargo, los mapas de Google los siguen mostrando. Basta situarse entre Nueva Caledonia y Australia, ampliar un poco el zoom (no mucho) y ahí aparece de nuevo la isla de Sandy. Una marca blanca.
¿Cuánto tardará Google en borrarla del mapa?
El blog oficial del buscador no menciona una sola palabra del asunto, que ya se califica popularmente como del mayor 'no-descubrimiento' cientiífico de la investigación geográfica.
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