La mujer convertida al cristianismo en Sudán podrá dar a luz antes de ser ejecutada

    • La corte que la condenó permitirá que no sea ejecutada hasta dentro de 2 años, para dar a luz a su bebé y para poder amamantarlo. Tiene otro hijo de 20 meses.
    • La mujer de 27 años fue condenada definitivamente este miércoles, al no retractarse de su conversión al cristianismo, después de los 3 días que le habían dado para ello el jurado.
Meriam Yehya Ibrahim, en una imagen junto a su marido el día de su boda
Meriam Yehya Ibrahim, en una imagen junto a su marido el día de su boda

El gobierno de Sudán permitirá a Meriam Yehya Ibrahim dar a luz antes de ser ejecutada. La mujer ha sido condenada por el gobierno del país a morir y a ser flagelada por haberse convertido y haber contraído matrimonio con un cristiano.

Según informa The Telegraph, una corte islámica de la capital del país ha permitido que la mujer, embarazada de ocho meses, dé a luz antes de su ejecución. A petición de los abogados, la corte estipuló que no será ejecutada hasta dentro de 2 años, para dar a luz a su bebé y para poder amamantarlo.

Su esposo no ha sido condenado por falta de pruebas y porque había contraído matrimonio con ella cuando ya había cambiado de religión.

La joven, médico de profesión, cambió su nombre de Abrar por el de Mariam. Había sido condenada este pasado domingo por apostasía y haber contraido matrimonio con un cristiano y tenía 3 días para renunciar a su fe. Este miércoles, un juez ratificaba la condena.

Nacida de un padre musulmán de la región de Darfur, la joven, de 27 años, había sido educada, de Etiopía, por su madre en la fe cristiana."Te dimos tres días para renunciar a tu fe, pero insistes en no volver al Islam. Te condeno a la horca", anunciaba el juez Abbas Mohammed Al-Khalifa.

Tras ser condenada en primera instancia, a Ishaq se le ofreció retractarse y volver al Islam, y así se lo pidió también uno de los presentes en la sala a voz en grito. Imperturbable, la joven declinó dar marcha atrás, y además negó que una pareja presente en el lugar fuesen realmente sus padres, como indicaban todos los testigos.

Pese a ser cristiana, el jurado la considera musulmana ya que su padre lo es, por lo que su matrimonio con un cristiano se considera "adulterio", según las leyes del país. Recibirá por la condena de adulterio cien latigazos y, por el cargo de apostasía (renunciar a su fe) la condena de muerte. Según Amnistía Internacional, la mujer estaba detenida además con su otro hijo, de 20 meses.

La sentencia ha recibido la condena de toda la comunidad internacional. El Gobierno español ha condenado la sentencia y ha subrayado que se trata de una decisión que vulnera la libertad de religión o creencia reconocida en los tratados internacionales de los que forma parte Sudán y en la propia Constitución de este país.

La organización en defensa de los derechos humanos Amnistía Internacional calificó de "abominable" la sentencia del tribunal. El investigador de Amnistía Internacional sobre Sudán Manar Idriss denunció en un comunicado que "es atroz que una mujer haya sido condenada a muerte por su elección religiosa, y a flagelación por estar casada con un hombre de una religión presuntamente diferente".

Además, añadió que "el adulterio y la apostasía son actos que no deben considerarse delitos en modo alguno", por lo que su condena a muerte es "una vulneración flagrante del derecho internacional de los derechos humanos".

Sudán es uno de los países más estrictos de la región en asuntos relacionados con la moral pública y en gran parte del país rige la "sharía" o código legal islámico.

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