Tunez está en crisis. Varios ciberataques de Anonymous han inutilizado las principales webs oficiales del país árabe. Último capítulo de una serie de protestas contra la dictadura por la alarmante falta de empleo en el país.
Una crisis que tuvo su momento cumbre cuando el pasado 16 de diciembre agentes de policía de la ciudad de Sidi Bouzid volcaron un carrito lleno de frutas y verduras perteneciente a Mohamed Bouazizi, un joven informático sin trabajo.
El joven fue castigado por la policía por carecer de una licencia que le permitiera ejercer la venta en su puesto, y en un momento de desesperación, se prendió fuego ante la sede del Gobierno Civil. Este miércoles ha fallecido al no poder recuperarse de las graves heridas que padecía.
Desde ese momento los acontecimientos se han disparado. Los internautas tunecinos han denunciado que el régimen ha obstruido cualquier medio impreso, digital o de radiodifusión, que realizara una cobertura de las protestas por el alarmante paro. Por este motivo, los internautas pidieron al colectivo de hackers anonymous que atacaran al Gobierno. "Los tunecinos nos han solicitado ayuda y se la hemos dado", ha asegurado el colectivo Anonymos.
"Esto es un aviso para el gobierno tunecino: los ataques a la libertad de la información de sus ciudadanos no serán tolerados. Cualquier organización que apoye la censura será tenida en cuenta como objetivo y esto no acabará hasta que el Gobierno escuche el clamor de la gente por la libertad", han indicado desde el colectivo de hackers.
Manifestaciones en el país
Desde el día en se quemó el joven comerciante, en numerosas localidades de la región de Sidi Bouzid y en otras ciudades del país magrebí se han producido incidentes y manifestaciones de solidaridad con Bouazizi.
El punto culminante de estos incidentes tuvo lugar el 24 de diciembre cuando jóvenes manifestantes atacaron un cuartel de la guardia nacional con el resultado de cuatro muertos entre los uniformados.
El pasado 29 de diciembre y como reacción a estos enfrentamientos, el presidente Benali decidió cesar en sus cargos a tres gobernadores regionales y remodelar en parte el ejecutivo.
El jefe del Estado tunecino hizo una aparición televisiva exhortando a los manifestantes a la calma y anunciando el reforzamiento del dispositivo de creación de empleo.
No obstante, los partidos opositores reagrupados en la "Alianza para la Ciudadanía y la Solidaridad" consideró insuficientes las medidas anunciadas por el gobierno y apeló a iniciar un diálogo con la oposición, la sociedad civil y el poder central "para abrir una transición política".
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