Los beduinos hacen su agosto en los túneles de Gaza

  • Esta tribu nómada ha encontrado la forma de ganar una buena suma de dinero suministrando comida y todo tipo de materiales –incluidas armas- a los palestinos aislados en la Franja de Gaza a través de túneles que cavan en medio del desierto desde la frontera de Egipto.
La aviación israelí bombardea un túnel palestino en Rafá y la artillería ataca el norte de la Franja de Gaza
La aviación israelí bombardea un túnel palestino en Rafá y la artillería ataca el norte de la Franja de Gaza
Rebecca Collard | GlobalPost

(Rafá, Egipto). Ahmed y Khalil están sentados en los cojines de una sala de estar en el norte del Sinaí, zapeando por los canales de vídeos musicales iraquíes y comiendo comida preparada por un restaurante de pescado local. Al igual que muchos beduinos de la zona, estos dos jóvenes se ganan la vida introduciendo en la Franja de Gaza productos de contrabando a través de la península egipcia del Sinaí.

"Necesitamos trabajo, dinero, todas las cosas que necesita la gente", dice Ahmed, mojando pan en un recipiente con salsa, sentado sobre la alfombra y con una pistola a su lado. "No es que queramos a los palestinos, nos gusta el dinero".

Cerca de la frontera entre Egipto y Gaza las casas nuevas de tres pisos sobresalen sobre los hogares tradicionales beduinos, hechos de paja. Esta zona del norte del Sinaí, habitada originariamente por pastores y ganaderos nómadas, ha sido tradicionalmente una de las zonas más pobres de Egipto.

Ahora, una nueva clase de contrabandistas locales ultra ricos atraviesan el desierto en todoterrenos y camionetas de última generación, dando de vez en cuando unos cuantos billetes a los beduinos menos afortunados que todavía viven entre las dunas sin más que unos pocos dólares al día.

En esta zona, el estraperlo es una opción bienvenida frente a unas perspectivas de trabajo escasas."Mi padre gana 100 dólares al mes", dice Ahmed. "Algunos meses yo consigo 20.000 ó 30.000 dólares".

La economía clandestina que se extiende a lo largo de la frontera permite subsistir a miles de personas en esta zona poco desarrollada, desde a quienes escarban los túneles subterráneos hasta quienes se encargan de preparar y transportar los productos o los campesinos que alquilan sus tierras para almacenar los cargamentos con destino a Gaza o para que se abran allí los pasajes bajo tierra.

Tras el fin de la ocupación de Israel en la década de 1980, los planes para el desarrollo de la península del Sinaí eran grandes y optimistas, asegura Walid Kazziha, profesor de Ciencias Políticas en la American University de El Cairo. Se llegó incluso a hablar de desviar agua del Nilo al Sinaí para impulsar el desarrollo de la agricultura y la industria. "Eso podría haber aportado oportunidades… para desarrollar la zona. Pero no se produjo", afirma Kazziha. "Habría cambiado la situación. La gente no se habría dedicado al comercio ilegal si tuviesen mejores formas de subsistencia".

Israel se retiró del Sinaí, y la frontera entre Egipto y la entonces todavía ocupada Franja de Gaza se situó en medio de la ciudad de Rafah. Sus habitantes empezaron entonces a pasar productos desde el Rafah egipcio al Rafah de Gaza.

Khalil, que trabaja en el contrabando desde hace casi una década, asegura que durante muchos años lo que más se pasaba al otro lado eran armas. Por cada kalashnikov que metía en Gaza ganaba unos 300 dólares.Cifras parecidas se conseguían por balas y explosivos, convirtiendo el contrabando de armas en un negocio muy lucrativo para los habitantes del norte del Sinaí."Ahora Gaza tiene suficientes armas", dice Khalil.

Pero los explosivos y las armas todavía entran en la Franja, junto a una creciente cantidad de otro tipo de productos, lo que mantiene muy activos a los contrabandistas.Desde que Israel impuso el bloqueo en la Franja de Gaza, tras lograr Hamás el control del territorio hace dos años, los túneles se han convertido en un salvavidas para la población, por donde pasan alimentos, productos de belleza, electrodomésticos, repuestos de coches e incluso ganado vivo.

Cerca del 80 por ciento de los bienes que se importan ahora en Gaza llegan a través de los túneles, según datos del Banco Mundial.Muchos de los productos que viajan por los túneles son egipcios, pero otros son del extranjero. Israel asegura que las armas que llegan a Gaza proceden de Sudán, Irak y algunas zonas de Libia.

La zona en torno al Rafah egipcio se ha convertido prácticamente en un territorio fronterizo donde no imperan las leyes, donde las fuerzas de seguridad miran hacia otra parte a cambio de un poco de dinero y por temor. Se sabe que la policía egipcia ha salido perjudicada en enfrentamientos con los beduinos. A principios de marzo, los beduinos mataron a dos policías al liberar a ocho sospechosos que permanecían bajo custodia de las fuerzas de seguridad.

Conduciendo entre Ell Arish y Rafah, Khalil se aparta de la carretera al ver un control de carretera, y los policías no se inmutan. "Si nos detienen, tan sólo tengo que enseñarles esto", dice Ahmed, sacando una pistola.

Los esfuerzos de Egipto para frenar el contrabando se ven dificultados por las restricciones del acuerdo de paz bilateral de 1978, que limita a 750 el número de soldados de ese país en ciertos puntos cerca de la frontera con Israel.

Por su parte, Israel ha bombardeado reiteradamente los túneles, pero los contrabandistas dicen que les lleva en torno a una semana arreglar los daños y que los beneficios que consiguen con este negocio compensan los riesgos que asumen.

"El comercio ilegal en este momento depende de varios elementos", dice Kazziha. "Están las tribus, y están los palestinos, implicados en su objetivo nacional, y… la gente de las fuerzas de seguridad, que hacen la vista gorda porque llegan a acuerdos y sacan beneficios".

En un último intento por frenar este tráfico, Egipto está construyendo un muro subterráneo a lo largo de la zona donde se realizan la mayor parte de las operaciones de estraperlo, lo que pondrá en riesgo el lucrativo comercio de la población local.

Las autoridades egipcias dicen que el muro es necesario para asegurar su frontera, y ha rechazado las acusaciones que apuntan a su cooperación con Israel para aislar aún más a Gaza.

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