En la ciudad de Yarim, en Yemen, un oficial retirado del ejército ha causado una carnicería en la boda de su propia hija matando a ocho mujeres y cuatro niños.
Según un funcionario local, el hombre descrito como "desequilibrado mental", apareció en el lugar de celebración de la boda antes de que llegara su hija y lanzó dos granadas de mano contra los asistentes.
La sangre tiñó la escena que pretendía ser de alegría esta ciudad del oeste del país, a 30Km de Saná. Ocho mujeres y cuatro niños perdieron la vida en el acto.
El autor de la masacre también murió tras las dos explosiones que también dejaron a 18 personas heridas entre los invitados a la boda.
Entre las personas fallecidas están la madre y la abuela de la novia, quien, por su parte, salió ilesa porque todavía no había llegado al lugar del enlace. El motivo del ataque es probablemente una disputa entre el padre y la madre de la novia, que estaban separados, sobre el matrimonio de su hija.
La posesión de armas de fuego y explosivos está muy extendido en Yemen, un país de estructura tribal donde las autoridades controlan solamente los centros urbanos.
El país está actualmente desgarrado por una guerra entre los rebeldes chiitas Houtíes y una fuerza de coalición respaldada por Arabia Saudí. Según la ONU el conflicto de Yemen ya ha dejado más de 6.600 muertos, entre ellos muchos civiles, desde marzo de 2015.
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