'Los matones y asesinos no representan a Bengasi ni al Islam', rezaba una de las pancartas que los ciudadanos de la segunda ciudad libia, cuna de la revolución que acabó con Muamar al Gadafi, salió a la calle.
Mientras en otros lugares del mundo musulmán, las protestas violentas contra las embajadas de EEUU y otros países occidentales se han propagado, en Bengasi sucedió todo lo contrario al conocerse la muerte del embajador norteamericano y otros tres estadounidenses.
Un grupo de manifestantes sin cuantificar salió a la calle a mostrar su solidaridad y condolencias de forma pacífica. Se mostraron avergonzados por la matanza del embajador de EEUU, Chris Stevens, y otros tres ciudadanos norteamericanos.
Sucedió durante el asalto al consulado de Bengasi por libios enfurecidos a causa de un cortometraje amateur producido en EEUU que ridiculiza al profeta Mahoma.
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