Canas, ojeras y arrugas....así envejece el poder

Canas, ojeras y arrugas....así envejece el poder
Canas, ojeras y arrugas....así envejece el poder
Dan Winters

El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, es, probablemente, uno de los personajes más retratados de la última década. El 44 presidente de EEUU dejará la Casa Blanca el próximo mes de enero, fecha hasta la cual estará en el punto de mira. Esta semana su rostro es el protagonista después de que el fotógrafo Dan Winters mostrara dos retratos con ocho años de diferencia del hombre más poderosos del planeta. Las huellas del poder son evidentes.

En las dos instantáneas de Winters se intuye el peso de los dos mandatos de Obama. Su rostro refleja las huellas de envejecimiento: canas, arrugas y un rostro más afilado son los rasgos del presidente de EEUU, que está visiblemente mayor que cuando ocupó el cargo por primera vez en 2008. Ha pasado de los 48 años sin una cana con los que inició su primer mandato, a los 56 del adiós marcado su rivalidad personas con Vladimir Putin y la arenga a los norteamericanos para que apoyen a Hillary Clinton frente a Donald Trump.A timeline of 8 years in Obama’s America, by @POTUS and 60 other players and witnesses https://t.co/pvNcv7tQHa pic.twitter.com/6JcbhRbtYG— New York Magazine (@NYMag) 3 de octubre de 2016

¿Es realmente el poder lo que envejece o son los años? Se lo preguntamos a la Doctora Inma González, licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad de Barcelona y directora médica de Novadona Espai de salut, en Barcelona. “El estrés aumenta una hormona llamada Cortisol que puede ser la causa del envejecimiento porque produce entre otras cosas: alteraciones del sistema inmunitario, pérdida de masa muscular y trastornos en piel y cabello -como canas o alopecia-”, asegura a www.lainformacion.com. En su opinión, la alimentación es clave para reducir los efectos del paso del tiempo y el estrés sobre el cuerpo de una persona. “Llevar una dieta sana y natural, rica en antioxidantes nos protege así como el tipo de grasa de la dieta, que si es rica en ácidos grasos omega 3 puede modificar la resistencia a la oxidación de las lipoproteínas de membranas, fundamentales para mantener jóvenes y funcionales nuestro sistema nervioso, inmunitario y endocrino, porque el envejecimiento es algo que se manifiesta en la piel pero que afecta a todos nuestros órganos”, insiste.

El poder tiene un precio: la juventud. Basta con observar las imágenes de los líderes más poderosos del mundo cuando llegaron y compararlo con su salida para ver los cambios. La responsabilidad, la toma de decisiones y las pocas horas de sueño, se notan en el aspecto físico de nuestros líderes. En España, por ejemplo, uno de los cambios más notables fue el de José Luis Rodríguez Zapatero cuyo aspecto desmejoraba a la par que la crisis económica golpeaba España.

El envejecimiento es una consecuencia lógica de la vida llena de estrés, noches y vacaciones cortas, de la gestión de desastres y constantes viajes de los mandatarios. Ese desgaste también ha afectado a Nicolas Sarkozy, a pesar de que asegura que lleva una vida sana en la que practica deporte. Los cambios de 2007 a 2012 son evidentes.

Otro de los cambios más llamativos es el de George Bush. Irak, el 11-S, la crisis económica hicieron mella en su aspecto físico. Por su parte, el británico Tony Blair, que se convirtió con 44 años en primer ministro del Reino Unido, sintió en su aspecto físico el paso del tiempo. Diez años después de su toma de posesión, las canas y las ojeras marcaban su rostro.

Además de envejecer estar en el poder puede acortar la esperanza de vida. Según un estudio de Harvard Medical School, publicado en la revista 'British Medical Journal, en 2015, los presidentes viven hasta 2,7 años menos y, además,tienen un 23% más de riesgo de morir que los políticos que no llegan a la presidencia.

Para darse cuenta de forma evidente de los estragos que los años al frente del Gobierno causan en los presidentes no hay más que mirar las imágenes de los líderes al inicio y al final de sus mandatos. Otro de los casos que llaman la atención es el de la presidenta argentina Cristina Kirchner. La argentina lleva casi toda la vida en política: senadora, Primera Dama y presidenta. Si nos fijamos en los últimos años, desde que llegó a la Casa Rosada de la mano de su marido hasta el año pasado cuando perdió las elecciones, su aspecto físico ha empeorado bastante. Ha pasado irradiar luz a tener un aspecto apagado. Para la doctora González, “la mujer es más vulnerable al estrés sobre todo durante la menopausia porque se producen una serie de cambios a nivel hormonal y físico que van a producir un déficit en sus neurotransmisores, como la serotonina que es un neurotransmisor que nos trasmite bienestar y paz” .

Hemos preparado una galería con los cambios más llamativos que reflejan cómo el poder enorgullece pero también envejece. A la vista, están los cambios.

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