Una pareja de niños adictos a pelis de vampiros mata a una madre y a su hija

  • El caso causa estupor en Reino Unido y podría tratarse de la pareja más joven en ser condenada por homicidio en la historia del país.

    Los chavales, que eran novios, tenían 14 años cuando acudieron a la vivienda de la familia Edward y realizaron un ataque salvaje a la carta, después de ver la zaga 'Crepúsculo'.

Elizabeth y Kate Edwards.
Elizabeth y Kate Edwards.
Diego Caldentey

La señora Elizabeth Edwards y su hija Kate, de 13 años de edad, cenaban plácidamente al atardecer del pasado 14 de abril en su casa del municipio británico de Spalding, en el condado de Lincolnshire. Una vez terminada la cena, decidieron acostarse. Cuando ya dormían plácidamente fueron sorprendidas por dos niños de 14 años que irrumpieron en las habitaciones de la casa. Sin mediar palabras, cada uno de ellos se abalanzó sobre el cuerpo de las víctimas. En total les propinaron diez puñaladas a cada una, provocándoles la muerte casi en el acto.

El hecho es muy comentado por estas horas en Reino Unido, donde el caso causa estupor aunque, como quedó dicho, sucedió seis meses atrás. Pero ahora ha comenzado el juicio contra esas personas, que están acusadas por los salvajes asesinatos. Se trata de una niña que ahora tiene 15 años y de su ex pareja, otro adolescente de la misma edad, que antes de comenzar el pleito reconoció su participación en los crímenes.

El caso ha merecido amplio espacio en el periódico The Guardian, que no cita las identidades de los agresores por tratarse de menores de edad. Sin embargo, el diario británico y muchos medios locales ofrecen detalles espeluznantes sobre el doble asesinato de Spalding, conocidos tras celebrarse las audiencias del juicio.

Durante el pleito ha quedado demostrado que la pareja planificó previamente y al detalle su ataque. Esas acciones fueron "frías, calculadas e insensibles", según sostiene el fallo del Tribunal de la Corona de Nottingham.

Los asesinos eran novios y tenían 14 años de edad cuando decidieron perpetrar sus salvajes acciones. Estudiaban en el instituto, donde habrían comenzado a tramar desde hace tiempo un "homicidio a la carta", según definen los medios. Se cree que ellos conforman la pareja de asesinos más joven en ser condenada en la historia de su país.

Según ha quedado comprobado durante el juicio, los chavales eran adictos a películas de vampiros. Después de ver cuatro películas de la zaga Crepúsculo aquella fatídica tarde, decidieron mantener relaciones sexuales un el baño de la vivienda de uno de ellos. Acto seguido, se desplazaron hasta la casa de una vecina, la señora Edwards.

La chica, durante el juicio, admitió el homicidio, aunque alegó que padece "una anomalía de la función mental que deteriora su capacidad para formar juicios racionales". Traducido, aconsejada por sus abogados su estrategia ha girado en torno a su presunta inimputabilidad, para evitar la cárcel o un reformatorio de menores.Relación tóxica

Cada uno de los miembros del jurado en Nottingham escuchó el testimonio de defensa de los acusados. A ninguno les queda dudas de que los homicidas conformaban una relación sentimental sumamente tóxica.

Durante el juicio también salieron a la luz las entrevistas que la Policía efectuó a los jóvenes un día después de cometidos los asesinatos, cuando éstos fueron arrestados. La chica dijo que su novio fue quien apuñaló a la señora Edwards y se aseguró de que ésta "no despertara con los alaridos a su hija", que dormía en una habitación contigua. Tampoco para que pidiera ayuda.

La chica, mientras tanto, se dirigó al cuarto de Kate Edwards, de 13 años, la asfixió primero con una almohada, y después la apuñaló. En su sórdida descripción, ella llegó a narrarle a los agentes "los gemidos de desesperación" de la menor de edad que resultó asesinada.

La policía encontró los cuerpos de las víctimas el pasado 15 de abril, cuando tres agentes llegaron hasta la residencia de los Edwrads, situada en la avenida Dawson, de Spalding.

Las autopsias hallaron signos de heridas de defensa en las manos de la mayor de las víctimas (pelos y otras muestras de ADN en sus uñas, lo que evidencia que la mujer adulta intentó defenderse y rasguñar como pudo a su agresor antes de que la matase).

Ella trató de luchar contra el niño, mientras en ese mismo momento su hija era apuñalada en el cuello por su pareja. El psiquiatra presentado por la defensa, Indranil Chakrabarti, dijo al jurado que el adolescente sufría de un trastorno de adaptación y no había actuado de manera racional.

Pero el psiquiatra forense Philip Joseph ha asegurado que era "muy obvio" que la niña estaba inmersa en un estado de confusión emocional en el momento del crimen, lo que no quiere decir que tuviese trastornos mentales severos.

Joseph cree que, con 14 años de edad, debido a las carcaterísticas de la personalidad de cada uno de los jóvenes, ninguno habría matado por su cuenta, sin el "apoyo del otro". Este profesional insiste en los crímenes no tienen ninguna conexión con ninguna enfermedad mental por parte de sus agresores. El psiquiatra forense reveló a la Corte que, cuando entrevistó a la chica, la encontró "inapropiadamente optimista". No se veía molesta ni mostraba remordimiento por los hechos.

En entrevistas con la policía y las evaluaciones con los psiquiatras, la chica describió los asesinatos como "una brisa" y detalló la horrible mancha de sangre que salpicó en la pared, la cara y las manos de su novio cuando apuñalaban a las Edwards. Ella agregó además que, una vez cometidos los crímenes, su novio cogió ropa de los armarios de las víctimas y también cuatro cuchillos de la casa, que colocó en su mochila antes de marcharse.

La niña asesina también ha dado detalles sobre lo que escuchaba en la habitación contigua, mientras su novio mataba a una de las víctimas: "La oí decir: 'No puedo respirar' y 'Suéltame'. Él salió de la habitación con la cara manchada de sangre en la cara y al lado de su cuello. También tenía sangre en sus manos", relató a los investigadores.

Después de la matanza, la chica dijo que su novio "parecía estar bien". Volvieron a ver varias películas de vampiros, se dieron un baño y "siguieron con sus vidas".

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