El verdadero responsable de la represión en Siria

  • El hermano pequeño del presidente sirio controla a la Cuarta División, la élite militar del país responsable de las mayores atrocidades conocidas. Maher al Asad es el "jefe de los matones", "el que hace el trabajo sucio del régimen".
Maher al Asad es el "jefe de los matones", "el que hace el trabajo sucio del régimen".
Maher al Asad es el "jefe de los matones", "el que hace el trabajo sucio del régimen".
EFE
Hugh Macleod y Annasofie Flamand, Beirut (Líbano) | GlobalPost

Descrito como el "jefe de los matones" del país, Maher al Asad se ha convertido en el poder de facto en Siria, al frente de sus tropas de élite a lo lardo del país para matar a los manifestantes que amenazan la dictadura de 41 años de su familia, incluso aunque su hermano mayor, el presidente, continúa con las promesas de reforma.

"Es el que hace el trabajo sucio del régimen", asegura Radwan Ziadeh, director del Centro de Damasco para Estudios de Derechos Humanos y profesor visitante en la Universidad de Harvard.

En 1982, Rifaat al Asad, hermano menor del expresidente Hafez al Asad, encabezó un asalto militar en Hama para aplastar un levantamiento de los Hermanos Musulmanes de Siria, matando a entre 20.000 y 30.000 personas, una de las peores atrocidades cometidas por un régimen árabe contra su propio pueblo.

En un discurso en la Universidad de Damasco el 20 de junio, el presidente Bashar al Asad se comprometió de nuevo a hacer las reformas que permitan la política multipartidista en Siria, los mismos compromisos que hizo en 2005, pero también advirtió que la nación había sido asaltada por 64.000 "forajidos" que estaban dirigiendo la revuelta.

Presumiblemente, Maher considera que está luchando en contra de los "forajidos", o como los dirigentes les han descrito, contra los "saboteadores", las "bandas armadas de criminales" o "takfiri", grupos extremistas musulmanes.

Maher es el comandante de la Cuarta División, que se compone de soldados de élite, altamente capacitados y bien equipados de la secta minoritaria alauita, una rama del Islam chií a la que pertenecen Asad, y la mayoría de las élites del régimen.

Maher ha dirigido los ataques a Dera en el sur, a la ciudad costera de Banias, a través de la provincia de Homs, y más recientemente en el norte, obligando a miles de ciudadanos aterrorizados a huir a Turquía.

Según los relatos de testigos y los videos, la destrucción causada ha sido brutal: los cadáveres amontonados en camiones o que se pudren en las calles, hogares, escuelas y mezquitas destruidas por bombardeos de tanques, los cultivos quemados y el ganado asesinado.

Cuatro días después de que el presidente prometiese una amnistía general para los presos detenidos en la represión, las fuerzas de seguridad volvieron a abrir fuego contra los manifestantes en toda Siria, matando al menos a 20 personas y haciendo ascender la cifra de muertos desde que empezó el levantamiento hace tres meses hasta los 1.600.

El régimen rechaza la cifra y le da la vuelta diciendo que 500 miembros de las fuerzas de seguridad han muerto en un intento de aplastar una rebelión armada de las bandas y de los extremistas religiosos.

Maher, de 42 años, también es el comandante de la Guardia Republicana, que es la responsable de proteger la capital y, según los analistas, ejerce una autoridad considerable sobre la vasta red de la policía secreta de Siria y de los matones pro-régimen.

Con tres cuartas partes de la población de Siria musulmanes sunitas y la mayoría de su ejército reclutas sunitas, algunos de los cuales han desertado en las últimas semanas, el régimen se ha basado en la lealtad de sus generales alauitas y en especial en las tropas de Maher, en su lucha por la supervivencia.

Las fuerzas militares se han ido concentrando en todo el perímetro de Deir Ezzour (cerca de la frontera con Irak), que durante el mes pasado ha sido testigo de grandes manifestaciones en contra del régimen, con manifestantes quemando las oficinas del gobernante Partido Baaz, derribando imágenes del presidente Asad y destruyendo una estatua del querido hermano mayor fallecido de Maher.

Los activistas de derechos humanos temen que cualquier asalto militar en Deir Ezzour provoque un gran número de víctimas, puesto que como residentes tribales de la ciudad, es probable que luchen con las armas de contrabando conseguidas por sus familias que viven al otro lado de la frontera, en Irak.

Los dirigentes de EEUU han revelado recientemente que estaban estudiando la posibilidad de presentar cargos por crímenes de guerra contra los miembros del régimen sirio, así como extender las sanciones a los intereses del sector del gas y del petróleo del país, del que proviene una gran cantidad de las finanzas del régimen.

Muchos sirios no tienen ninguna duda de quién es el responsable de la violencia.

El 8 de abril, cuando 25 manifestantes desarmados fueron asesinados en Dera, los manifestantes culparon directamente a la Cuarta División. "Eh, Maher, cobarde, lleva a tus perros al Golán", gritaba la multitud enfurecida, en referencia a la ocupación de los Altos del Golán sirio por parte de Israel.

La capacidad de Maher para inspirar miedo y odio ha generado una leyenda negra en torno a él y sus hombres.

"Se visten de negro y son grandes y musculosos", explica un residente de Dera, hablando de los hombres de Maher. "Tienen una raya roja en uno de sus hombros. Los he visto por la noche y los miembros de mi familia me los han descrito".

Mientras que su hermano mayor, el presidente, era descrito a menudo como un niño callado, tímido, Maher siempre fue visto como más cercano a Basel al Asad, el hermano mayor apuesto y fogoso, que amaba los caballos y los coches rápidos y que estaba destinado a ser presidente antes de que su Mercedes se estrellase en una rotonda en un accidente mortal en 1994.

El nombre de Maher copó la atención internacional en 2005 cuando fue nombrado en una investigación de la ONU como uno de los círculos del régimen de poder presuntamente implicados en el asesinato del primer ministro libanés Rafik Hariri.

Menos conocida fue su presunta participación en el desfalco y el fraude masivo que provocó la caída del banco libanés Al Madina. La revista Fortune informa de que Maher recibió sobornos de una red de lavado de dinero de una cifra estimada de 693 millones de euros del escándalo del petróleo a cambio de alimentos de Sadam Husein.

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