Al menos 30 de los 359.000 refugiados que han llegado a Grecia de enero a septiembre ya pueden respirar tranquilos… de momento. Este miércoles por la mañana salían en avión para ser reubicados en Luxemburgo.
La noticia habría sido motivo de celebración de no ser por sus pretensiones de opacar otra realidad mucho más acuciante: la lentitud de los países europeos en ejecutar el plan previsto para acoger a los refugiados. Lentitud que contrasta con el aparente interés en que parezca los contrario.
Los políticos europeos ha llegado esta mañana a la pista donde se encontraba el avión y han despedido a las 6 familias de refugiados, cuatro sirias y dos iraquíes, con gran despliegue mediático. Alguno de los periodistas que han cubierto el acto comentaba que había casi más altos funcionarios que refugiados en las imágenes que se han visto a pie de escalerilla.In #Athens with @EU_Commission@Europarl_EN@EUCouncil for the 1st #relocation from #Greecehttps://t.co/0CvYJq0g2lpic.twitter.com/HBA9Q9L0d0— DimitrisAvramopoulos (@Avramopoulos) noviembre 4, 2015
Entre ellos estaban presentes varios comisarios europeos, el presidente griego Alexis Tsipras, el presidente de la Eurocámara, Martin Schulz, y varios ministros griegos y luxemburgueses, que participaron en un breve acto de despedida. Se trata de la reubicación de los primeros 30 refugiados de los 65.000 que todavía esperan su traslado en el país heleno.Peligro inminente
Mientras tanto, el frío ya ha hecho acto de presencia en Europa y los cientos de miles de refugiados que se agolpan en las calles, carreteras y fronteras del Viejo Continente sufren un nuevo embate en su lucha por la supervivencia. Se calcula que hasta el momento han entrado en el Viejo Continente 800.000 de ellos. La inmensa mayoría aún permanece en un limbo humanitario
Europa no está enfrentando con la debida diligencia lo que ella misma ha calificado como el reto más importante que tiene en estos momentos. Un reto que resulta especialmente delicado por su carácter humanitario, y por la llegada inminente del invierno.
Los socios comunitarios sólo han depositado 500 de los 3.000 millones que se calculan necesarios para afrontar esta crisis migratoria. Los vuelos cargados de refugiados no salen hacia sus respectivos destinos. Surgen críticas entre los actores implicados: la Comisión Europea advierte que no se están cumpliendo los plazos acordados.Apenas un centenar
De las 160.000 personas que se había prometido recolocar, apenas se ha logrado con cien de ellas. El primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, ha reconocido ante los medios que esa cantidad es como “una gota entre el océano”.
Tsipras ha declarado que así “comienza el proceso de recolocación de los refugiados llegados de Irak y Siria, que han estado en peligro de muerte en el mar Egeo. Ahora pueden comenzar un viaje rumbo a la esperanza de una vida mejor”.
Luxemburgo tiene en estos momentos la presidencia rotatoria de la Unión Europea. Con la acogida de estos 30 refugiados pretende estimular a todos los gobiernos comunitarios a participar en el programa de reubicación de refugiados.
Sin embargo, los países europeos están seriamente preocupados porque el flujo migratorio no se detiene, a pesar del endurecimiento de las condiciones meteorológicas. Consideran que Grecia no está haciendo lo necesario para controlar sus fronteras. Este país, a su vez, propone que sea la vecina Turquía quien se encargue de realizar correctamente el registro de inmigrantes.
Y mientras tanto, el drama continúa, y empeora. Se espera que la reunión de jefes de Estado prevista para la próxima semana sirva para impulsar las medidas humanitarias más urgentes. Porque el reloj está marcando una peligrosa cuenta atrás.
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