Por qué no se enfrentaron a los terroristas los cientos de personas de la discoteca de París

Entraron en la discoteca Bataclan a cara descubierta disparando ráfagas con sus fusiles de asalto indiscriminadamente y dejando las primeras víctimas a su paso. Así relató uno de los testigos, un periodista de France 1, la entrada de los terroristas en la sala donde cientos de personas asistían a un concierto. Una vez en el interior, "han comenzado a disparar sin mirar sobre la multitud". El tiroteo, según Pierce, ha durado "unos diez minutos" durante los cuales "los asaltantes han tenido tiempo de volver a cargar sus armas en al menos tres ocasiones".

Luego, después de la sorpresa y los disparos a ráfagas del principio, los fueron matando uno a uno. La pregunta es ¿puede el pánico impedir que entre 1.500 personas (el aforo de la sala) reduzcan a tres hombres armados? Es cierto que ninguno sabía que llevaban cinturones con bombas y que se inmolarían posteriormente, pero la respuesta es sí. La naturaleza humana y el pánico a la muerte hacen huir del peligro, sin valorar otra posibilidad que la ponerse a salvo. Sin duda, una marea de cientos de personas contra tres acabaría con el peligro, pero ponerse delante de la muerte y el miedo impiden que cualquier grupo tome esa decisión unánimemente.

Hace algunos meses, en agosto, dos militares americanos de paísano fueron capaces de reducir a un terrorista armado en un tren en París. Spencer Stone, Anthony Sadler y Alek Skarlatos escucharon un disparo. Aboud El Kazzhani, el terrorista ya había herido a un civil y ellos salieron al pasillo del tren y vieron que iba armado. "Miré alrededor y vi que tenía un fusil AK47, parecía que el arma estaba atascada y que no le funcionaba. Estaba tratando de cargarla. Alek sólo me golpeó en el hombro y le dije: 'Vamos' y corrimos", relataba uno de los héroes. Pero este es un caso excepcional. Profesional preparados, conocedores de tácticas de guerra, contra un terrorista.

En el caso de la discoteca de Francia se mezclaba gente de todo tipo. Hombres, mujeres, más jóvenes, más veteranos... Y la primera reacción ante los disparos fue la huída. Sólo las fuerzas policiales francesas se enfrentaron a los yihadistas, abatiendo a uno y no pudiendo hacer nada porque los otros dos detonasen sus cinturones.