Maduro financia su Revolución a costa de las empresas españolas

  • En medio de la crisis política que atraviesa Venezuela, Nicolás Maduro ha solicitado una investigación a Telefónica, a la que acusa de sumarse a “convocatoria golpista”. 

    España es uno de los principales inversores del país latinoamericano, aunque la relación comercial se ha ido deteriorando en los últimos años.

Hacer la Revolución a golpe de nacionalizar empresas le sale rentable al gobierno bolivariano de Venezuela. Desde que el fallecido presidente Hugo Chávez asumiera el poder en 1999, el Gobierno venezolano ha nacionalizado unas 1.200 empresas extranjeras, la mayoría en el sector petrolero y estadounidenses, según un estudio de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), un organismo venezolano que congrega a los principales productores de Venezuela.

Las empresas españolas lo saben muy bien. Mapfre, BBVA, Repsol, Meliá, Zara y las aerolíneas Iberia y Air Europa son algunas de las que han sufrido las amenazas del régimen chavista o los efectos de tipo de cambio en sus resultados. La última en volver a situarse en el radar es Movistar.

El presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha ordenado una investigación a la compañía Movistar de Venezuela a la que acusa de apoyar la marcha convocada por la oposición el 19 de abril. “He pedido una investigación, porque se sumó a la convocatoria golpista contra el país, y no es su función, la empresa Movistar debe de saberlo, no es su función”.  Según Maduro, la empresa Movistar "cada dos horas mandaba millones de mensajes a los usuarios de Movistar, de teléfono, internet, más de cien millones de dólares”. “Nunca, nunca antes se había hecho esto en Venezuela, ni para una campaña electoral” , ha zanjado.

A nadie se le escapa los intereses que tiene la compañía en el país latinoamericano, aunque tras décadas de dictadura bolivariana, cada vez pesan menos. El Grupo Telefónica opera servicios de telefonía móvil en Venezuela desde el año 2005, momento en el que adquirió la operadora Telcel BellSouth, que entonces contaba con unos 4,5 millones de clientes. Ese mismo año, Telefónica comenzó a operar con la marca Movistar en el país. A finales de 2016, los clientes de la compañía en el país se sitúan en 11,4 millones.

A cierre de 2016, los ingresos de Telefónica en Venezuela ascendieron a 432 millones de euros y el OIBDA sumó 111 millones de euros. No obstante, el país latinoamericano supone cada vez menos para Telefónica, mientras que en 2009 Venezuela suponía el 6,6% del negocio mundial de Telefónica, en 2016, solo representa un irrisorio 0,8%Tuits y amenazas de nacionalización 

La caza a Movistar no es nueva. Maduro ya acusó a la compañía en 2014  de sumarse a un supuesto "intento de golpe de Estado", con el argumento de que había retuiteado algunas imágenes de protestas contra su Gobierno. En aquel entonces, Maduro también se apoyó en las redes para criticar a la empresa española: “Esto no es una acción de extrañar por parte de Telefónica, debido a su fuerte vínculo en España con el derechista Partido Popular, que ha tenido a varios de sus dirigentes en la directiva de Movistar, y que además, ha prestado apoyo político y lobby internacional a la ultraderecha venezolana”.

Sin embargo, este no es el único incidente de la compañía en el país bolivariano. En verano de 2016, el sector puso en marcha una subida de tarifas. No solo Movistar, también el resto de operadores como CANTV, Inter,  NetUno decidieron aumentar los precios como consecuencia de la crítica situación que atraviesa la economía venezolana, la ausencia de divisas y las inversiones realizadas. Otra vez, el presidente Maduro reaccionó con amenazas: “Si no pueden sostener esas empresas que me las vendan, que se las vendan al Estado. Se lo digo así, si ustedes dicen que no pueden, vendan todas esas empresas que nosotros las sabremos llevar muy bien”.

Devaluación o nacionalización

No extraña por lo tanto que la compañía española siempre advierta en sus informes de riesgos relacionados con Venezuela sobre “la posibilidad de que se produzcan cambios adversos impredecibles en las políticas y/o en la regulación existentes, incluyendo la posible modificación de las condiciones de obtención y renovación (o retrasar su aprobación) de las licencias y concesiones bajo las que opera el Grupo Telefónica y que pudieran afectar de forma negativa a los intereses del Grupo en estos países”.

Otro de los riesgos que apunta el operador español en sus cuentas es “la posibilidad de que se produzcan situaciones inflacionarias, devaluación de las monedas locales o imposición de restricciones al régimen cambiario o cualquier otro tipo de restricciones a los movimientos de capital”.

No en vano, Venezuela encadena tres años consecutivos de recesión con un PIB que ha caído más de 21 puntos desde 2014, a lo que se suma una inflación galopante que llega a superar el 700%, según datos del Fondo Monetario Internacional.

Ante la falta de divisas y con el fantasma de la expropiación siempre amenazado, las empresas españolas aprenden a manejarse en aguas movedizas. La aportación de Venezuela a la actividad de Telefónica es cada vez menor. Así lo recogen sus cuentas anuales, donde señalan que la operadora española ha reducido un 34,4% sus inversiones en bienes de capitales en el país. En concreto, ha pasado de invertir 139 millones de euros a 91 millones de euros en 2016.Mapfre o BBVA también sufren la Revolución

Telefónica no es la única empresa española que sufre la Revolución en sus cuentas. El grupo asegurador español Mapfre ha aplicado, por primera vez en sus últimos resultados, un tipo de cambio similar al paralelo, es decir, un tipo de cambio de 3.598,3 bolívares por euro, frente a los 10,5 bolívares por euro que mantiene Nicolás Maduro. Este cambio ha supuesto el reconocimiento de una depreciación del 88% en solo un año. Venezuela ha pasado a representar solo un 0,2% de los ingresos de Mapfre con 45,5 millones de euros, es decir, un 42% menos que en 2015. 

El grupo BBVA está presente en Venezuela a través del Banco Provincial. Y al igual que el resto de compañías españolas sufre las consecuencias del tipo cambiario. España es uno de los principales inversores del país latinoamericano, aunque la relación comercial se ha ido deteriorando en los últimos años. Según las estadísticas del ICEX, las exportaciones españolas en dicho mercado han ido descendiendo. Y, la Revolución tiene algo de culpa de ello. 

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