Situación límite en centros de refugiados de Alemania, que no logra parar las peleas

    • Otros dos centros de acogida han sido el escenario de fuertes enfrentamientos entre sectores de refugiados.
    • Aumenta la preocupación entre las autoridades germanas por las tensiones generadas en unos locales sobreocupación.
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La cola del baño, el uso de la cocina, los prejuicios religiosos… cualquier chispa enciende la hoguerade la violencia en unos centros de refugiados de Alemania que ya no pueden dar más de sí. En ellos se hacinan refugiados de distintas nacionalidades. La convivencia resulta cada vez más insoportable.

Ayer jueves la policía de Hamburgo tuvo que intervenir en dos centros de inmigrantes en donde se habían desencadenado sendas peleas.

Una de ellas estalló tras la desaparición de un móvil. El teléfono pertenecía a un chico de 19 años, que acusó del hurto a un iraquí de 23. Los reproches continuaron con golpes, a los que se unieron varios residentes empuñando como armas lo primero que encontraron a mano: escobas, tablas de madera…Sirios contra afganos

Acudieron varias patrullas de agentes para contener el tumulto. Al final, se contabilizaron hasta 50 policías para controlar un número cuatro veces superior de refugiados. Según informaciones del diario local 'Hamburger Morgen Post' recogidas por la agencia AFP, los 200 inmigrantes enfrentados se dividían entre sirios y afganos.

Las repercusiones de esta segunda pelea resultó menor. Involucró sólo a tres residentes. Aún se desconocen las razones por las que llegaron a las manos.

De cualquier modo, la policía ya no se extraña por estos sucesos en centros de refugiados, que cada vez son más frecuentes. La sobrecarga de refugiados y el estrés acumulado por una viaje peligroso e incierto ha llevado la situación a un límite difícil de gestionar.

La ciudad de Hamburgo tuvo que permitir que unos 500 refugiados pasaran la noche en la calle, con temperaturas que en estas fechas rondan los 5 grados. A medida que avance el otoño, irán a peor. Y en invierno serán simplemente insoportables.

La opinión pública alemana se pregunta cómo ha podido ocurrir esto, pero la respuesta es muy sencilla: no hay lugares públicos disponibles para alojar a tanta gente.

Tampoco pueden hacer previsiones, porque las oleadas que entran no son costantes.Un flujo que no termina

Un jefe de policía llegó a proponer la separación de refugiados según su religión. Minorías religiosas como yazidíes y cristianos viven un auténtico calvario para vivir en paz. Se quejan de que no les dejan usar la misma cocina, o que les obligan a vivir -en plena Alemania- según las normas de la 'sharía' (ley islámica).

(Te interesa leer: Un jefe de policía alemán pide separar por religión a los refugiados en los asilos)

El pasado martes, un violento enfrentamiento entre sirios y paquistaníes en el asilo de Dresde acabó con dos refugiados heridos. El domingo fueron 14, tras una pelea entre 70 paquistaníes y 300 albaneses en Kassel, ciudad ubicada en el centro de Alemania de unos 200.000 habitantes.

El futuro inmediato preocupa a las autoridades. El flujo de inmigrantes no cesa. Alemania calcula que cuando acabe 2015, entre 800.000 y 1.000.000 de personas se habrán establecido en el interior de sus fronteras en calidad de refugiados. Integrar a toda esa gente se presenta como un reto enorme. Sólo en el mes de septiembre el estado de Baviera, principal punto de entrada de los inmigrantes a Alemania, acogió a 270.000 ó 280.000 inmigrantes. Esta cifra supera a la que hubo en todo el año anterior.Intento de homicidio en el CETI de Melilla

Alemania no es el único país de Europa que afronta serios problemas de orden público en sus centros de refugiados. Este viernes la Guardia Civil ha detenido en Melilla a un refugiado sirio residente en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), acusado de haber intentado matar a dos vigilantes de seguridad.

El refugiado había protagonizado un altercado con un trabajador de la limpieza, al que trató de agredir con un recogedor. Cuando los agentes de seguridad del centro se acercaron al lugar de la pelea, el ciudadano sirio les atacó con un cuchillo de cocina. Aunque en un primer momento consiguieron tranquilizarle, momentos después intentó autolesionarse. Como los vigilantes se lo impidieron, volvió a atacarles. Finalmente, consiguieron reducirle, pero recibieron heridas leves por las que han tenido que ser atendidos.

El autor del ataque, un hombre de 32 años, también resultó herido leve y recibió atención sanitaria. Luego fue trasladado a dependencias policiales y pasó a disposición judicial como supuesto autor de un delito de homicidio, en grado de tentativa.

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