¿Por qué no triunfan los movimientos de ultraderecha en España?

  • Un informe elaborado por el think thank Demos, coordinado por Real Instituto ElCano,  refleja que no hay caldo de cultivo para estas formaciones, principalmente, por la cercanía de la dictadura franquista, con la que se asocian estos movimientos.

    En España, la insatisfacción y desconfianza en el sistema se ha canalizado a través de la izquierda con tendencias populistas, como la que representa Podemos, rechazando partidos de derecha radical con mensajes anti-inmigratorios.

¿Por que no triunfan los movimientos de ultraderecha en España?
¿Por que no triunfan los movimientos de ultraderecha en España?
S.C.

Austria, Holanda, Francia, Alemania... La ultraderecha gana terreno en Europa a gran velocidad. Sin embargo, en España parece que estos movimientos son residuales. Pero ¿por qué? El Real Instituto Elcano ha publicado un informe en el que asegura que no hay caldo de cultivo para estas formaciones, principalmente, por la cercanía de la dictadura franquista, con la que se asocian estos movimientos así como los símbolos que emplean.

Según el estudio, elaborado dentro de un proyecto europeo coordinado por el think tank británico Demos, el ascenso de los populismos, partidos antieuropeos, xenófobos y antiglobalización en el viejo continente se debe a tres tipos de factores: los económicos (paro, disminución del Estado de bienestar), los políticos (desprestigio de la clase política, corrupción) y la inmigración. (Puede acceder en este enlace al informe).

En España estos tres elementos están presentes y, sin embargo, a diferencia de la mayor parte de los países de la UE, en nuestro país ese tipo de partidos no ha tenido éxito. Es más, la cultura política de los ciudadanos españoles es especialmente favorable a la Unión Europea, a la globalización y a la convivencia con individuos de otras culturas.Los españoles no culpan de las desigualdades a la UE 

A pesar de las dificultades económicas derivadas de la crisis, a pesar de los altos niveles de desigualdad y desempleo-entre los más altos de la UE-, el estudio revela que los españoles no culpan de ello a la UE, como sí hacen otros europeos: sólo el 10% de los españoles quiere abandonar la Unión Europea, frente al 22% de los franceses, el 16% de los alemanes o el 25% de los suecos, mientras que a una significativa minoría (35%) le gustaría ver una mayor integración europea. Y tampoco culpan de ello a los inmigrantes, que se han convertido en otros países en el chivo expiatorio del malestar social.El franquismo aún muy presente 

La investigación señala que esta peculiaridad de España puede deberse a la experiencia vivida bajo el régimen franquista, cuyo abuso de los símbolos nacionales y sus continuas referencias a la identidad nacional son recordadas y rechazadas. En palabras de la autora, Carmen González Enríquez: “Un largo pasado autoritario y nacionalista actúa en el presente como una vacuna contra los partidos de extrema derecha. España y Portugal compartieron durante cuatro décadas una experiencia similar de nacionalismo, catolicismo y autoritarismo corporativista; y ambos países han sido inmunes hasta ahora a esta oleada de partidos populistas de derecha, a pesar de la grave crisis económica y política que han sufrido.”

No obstante se observa preocupación en relación a la inmigración: un 74% de la población considera que el número de inmigrantes en España es demasiado alto, y un 41% declaran que probablemente votaría a un partido que defendiera posturas anti-inmigratorias. El 77% considera que los trabajadores españoles deberían tener prioridad en el mercado laboral, lo que sugiere que los temores hacia la inmigración tienen relación con el alto nivel de desempleo.Solo el 4 por ciento de los españoles señala a la inmigración como un problema importante

Sin embargo, sólo una pequeña minoría de españoles (4%) menciona la inmigración cuando se pregunta por los problemas importantes del país: el paro, la corrupción, los problemas económicos y los políticos en general son las principales preocupaciones de los españoles. La insatisfacción y desconfianza en el sistema se ha canalizado a través de la izquierda con tendencias populistas, como la que representa Podemos, rechazando partidos de derecha radical con mensajes anti-inmigratorios.

La extrema derecha ha fracasado estrepitosamente en España desde la transición a la democracia y no ha conseguido ni un solo diputado desde 1977: su mensaje y sus protagonistas se ven como demasiado cercanos al pasado franquista. Sus éxitos se limitan a varios municipios donde han explotado las tensiones producidas en la convivencia con algunos grupos de inmigrantes. El hecho de que esta convivencia se haya mantenido en España sin fricciones importantes pese al impacto de la crisis económica puede considerarse un gran éxito de la sociedad española.

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