Un taxista de Las Vegas encuentra 222.000 dólares perdidos en su vehículo y se los devuelve a su dueño

Las Vegas es conocida popularmente como la 'capital mundial del juego', la 'ciudad del pecado' o la 'versión moderna de Sodoma y Gomorra'. Sin embargo, a pesar de la mala fama de la urbe estadounidense, en ella viven personas honradas, al menos una: taxista de origen etíope Adam Woldemarim, que se encontró casi un cuarto de millón de dólares perdido en el asiento trasero de su vehículo y, en lugar de quedárselo, se devolvió a su dueño.

El pasado 2 de septiembre, mientras limpiaba su taxi para comenzar su jornada de trabajo, Woldemarim, de 42 años y padre de tres hijos, se dio cuenta de que alguien se había dejado un maletín de ordenador portátil de color negro en el asiento trasero. Intentando buscar algo de información sobre el propietario, lo abrió y se llevó una mayúscula sorpresa: en su interior había casi 222.000 dólares en efectivo (unos 170.000 euros).

Asustado, llamó al compañero, también etíope, que había cubierto el turno anterior con ese coche y le preguntó si el dinero era suyo. La respuesta fue negativa. En lugar de hacerse el despistado y quedarse con el dinero haciendo buena la legendaria frase "lo que sucede en Las Vegas, queda en Las Vegas", Woldemarim decidió llevarlo a su empresa para que lo custodiase el personal de seguridad hasta que apareciese su dueño.

Al llegar a la central se encontró a un joven menor de unos 30 años, en chanclas y camiseta, que aseguraba ser el propietario de aquel jugoso botín. El presunto sueño del cuarto de millón de dólares aseguraba que había ganado un gran premio en el casino Wynn y que dejó olvidado el maletín cuando se trasladaba al aeropuerto, según recoge el diario local Las Vegas Review-Journal.

¿Una buena propina?

Las cámaras de seguridad, tanto del casino como del taxi, junto al testimonio del conductor que hizo la carrera permitieron confirmar la historia del doblemente afortunado jugador, que recuperó su dinero sólo unas horas después de que se esfumase de un plumazo en la parte trasera de un taxi.

Como compensación, entregó 2.000 dólares de propina a Adam Woldemarim que, agradecido, lo único que pudo llegar a decir con su escaso inglés es que esa cantidad le permitiría pagar cinco meses del alquiler de la casa que comparte con su mujer, sus hijos y sus hermanos.

Quienes no estaban demasiado contentos eran sus compañeros de la compañía de taxis que reprocharon al propietario del maletín que la propina a su 'salvador' fuese de "sólo un 1% del importe, cuando lo normal en Las Vegas es dejar entre el 15% y el 20%".