Yemen declara el estado de emergencia

El presidente de Yemen, Ali Abdalá Salé, ha impuesto el estado de emergencia en todo el país, coincidiendo con una matanza en los alrededores de la Universidad de Saná que causó al menos 25 muertos y más de cien heridos.

En una rueda de prensa, Salé ha lamentado la muerte de los manifestantes de la oposición y negó que fuerzas policiales hayan estado involucradas en el tiroteo.

Los disparos fueron hechos por personas vestidas de civil desde los tejados próximos a la entrada de la universidad, que viene siendo escenario de continuas protestas públicas desde el mes pasado en las que se pide el final del régimen de Salé.

Un muro polémico

El tiroteo comenzó cuando los manifestantes de la oposición intentaron demoler un muro que había sido levantado por residentes de viviendas cercanas a la universidad de Saná. La construcción también trata de impedir la instalación de más tiendas de campaña en el lugar bautizado como la Plaza del Cambio y donde centenares de personas mantienen una vigilia política permanente pidiendo el final del régimen.

La matanza, que además de 25 muertos ha causado 160 heridos, según fuentes médicas, se produjo en medio de las protestas políticas que estallaron en Yemen el pasado 27 de enero, al calor de las rebeliones de Túnez y Egipto, y que se intensificaron a mediados de febrero pasado.

Conversaciones estancadas

Decenas de miles de yemeníes se había congregado en Saná para orar o manifestarse, mientras los empresarios han sacado una propuesta para poner fin al estancamiento entre el presidente Salé y los manifestantes que piden su dimisión inmediata.

Yemen, vecino del exportador de petróleo Arabia Saudí, se ha visto sacudido durante semanas por protestas que han minado el poder férreo de Salé. Decenas de miles de manifestantes también se reunieron en otras ciudades, desde la portuaria de Adén, en el sur, a Hodeida, en el oeste.

Otro aliado de EEUU

EEUU, que durante mucho tiempo ha considerado a Salé un aliado clave en su lucha contra una dinámica Al Qaeda que actúa desde Yemen, ha condenado el baño de sangre y respaldado el derecho a manifestarse pacíficamente, pero ha insistido en que sólo el diálogo puede acabar con la crisis política.

Salé ha prometido dimitir en 2013 y ha ofrecido una nueva constitución que da más poderes al Parlamento, pero se ha negado a dimitir inmediatamente como pedían sus detractores.

Una serie de aliados de Salé se han unido recientemente a los manifestantes, que están frustrados por la corrupción rampante y la subida del desempleo. Alrededor del 40 por ciento de la población vive con dos dólares al día o menos en Yemen, y una tercera parte afronta hambre crónica.