Bolivia tensa su relación con Brasil y se arriesga a dañarla, según analistas

  • El Gobierno del presidente Evo Morales ha tensado su relación con Brasil al no otorgar un salvoconducto para el senador opositor Roger Pinto, refugiado en la embajada brasileña desde hace dos meses, y pone en riesgo de crisis la relación bilateral, según dijeron hoy analistas bolivianos.

La Paz, 25 jul.- El Gobierno del presidente Evo Morales ha tensado su relación con Brasil al no otorgar un salvoconducto para el senador opositor Roger Pinto, refugiado en la embajada brasileña desde hace dos meses, y pone en riesgo de crisis la relación bilateral, según dijeron hoy analistas bolivianos.

El rechazo a conceder ese permiso y las críticas hechas al embajador brasileño, Marcel Biato, provocan un "foco de tensión que crece excesivamente", dijo a Efe el excanciller Armando Loaiza.

Morales debía tomar solo una decisión administrativa y otorgar el salvoconducto en reconocimiento a la tradición sobre el asilo político en Bolivia y América Latina y, sobre todo, aceptar que Brasil "decidió soberanamente" concederlo a Pinto, argumentó Loaiza.

"Por un solo asunto que se podía resolver, la relación se está poniendo en peligro y en una situación de crisis", sostuvo.

El senador ingresó a la embajada brasileña el pasado 28 de mayo alegando que era objeto de una persecución política y de jueces y fiscales manipulados por el Gobierno que mantienen más de veinte juicios en su contra por supuesta corrupción.

Pinto ha acusado esta semana a Morales de "abuso de poder" y ha ratificado que es perseguido por denunciar supuestos casos de corrupción y vínculos de funcionarios con el narcotráfico.

Desde un principio, el Gobierno ha reaccionado con críticas a la decisión de Brasil tildándola de "equivocada" y "desatinada", e incluso el diputado oficialista Roberto Rojas calificó esta semana a la embajada de Brasil como una "carceleta de delincuentes".

La ministra de Comunicación, Amanda Dávila, ha acusado a Biato de presionar y asumir una "vocería política" y no diplomática en el caso, luego de que el embajador declarara que espera que se "pueda zanjar" el tema del salvoconducto y evitar que "se creen problemas" que se pueden "volver delicados".

El abogado internacionalista Fernando Salazar comentó hoy en su columna en el diario Página Siete que "un asunto menor" para las relaciones bilaterales "está escalando al punto de convertirse en un hecho generador de innecesaria tensión entre los dos países".

Para el jurista, la administración de Morales "ha reaccionado desmesuradamente" frente a la decisión de Brasil y ha llegado "al extremo" de convertir el asunto del asilo en una razón de Estado, "que cada día resulta más difícil de superar".

Salazar también ve el riesgo de que Brasil condicione a Bolivia por una solución al conflicto a cambio de reconocer al nuevo embajador Jerjes Justiniano, designado por Morales hace dos semanas con el encargo precisamente de mejorar las relaciones.

Los analistas hacen notar la importancia para Bolivia de su relación con Brasil, país con el que comparte una frontera de 3.400 kilómetros y donde vive casi un millón de bolivianos, pero sobretodo porque es el principal cliente de su producción de gas natural.

Dávila cree que el caso Pinto es un "tema aislado" que no perjudicará las relaciones y dijo que Morales y su colega brasileña, Dilma Roussef, tienen previsto reunirse este año en Bolivia, ante versiones de la prensa de que esa visita fue cancelada.

Los analistas sostienen que el distanciamiento que se vive ahora contrasta con la relación cercana que tuvo Morales con el exmandatario brasileño Luiz Inacio Lula da Silva.

Y es que el hecho de que Bolivia sea el principal proveedor de cocaína en el mercado de Brasil también ha comenzado a marcar la agenda bilateral, según el analista internacional Gustavo Aliaga.

El columnista de la revista Oxigeno sostiene hoy que más del 67 % de la cocaína procesada en Bolivia termina en Brasil y que un millón de brasileños son adictos a la droga boliviana.

"La mirada complaciente e incluso cálida ha desaparecido y ahora Dilma Rouseff es simplemente una madre que ya no puede ocultar su enojo", agrega Aliaga en alusión a que Morales considera una "madre" a la mandataria brasileña.

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