La crisis política en Interior provoca desconcierto y malestar en los mossos

  • Barcelona, 25 mar (EFE).- La crisis política que atraviesa la consellería de Interior, con un distanciamiento cada vez mayor entre el conseller Joan Saura y la 'vieja guardia' capitaneada por Joan Delort y Rafael Olmos, ha provocado 'hartazgo' y 'desconcierto' en los mossos d'esquadra, según varias fuentes consultadas por Efe.

Barcelona, 25 mar (EFE).- La crisis política que atraviesa la consellería de Interior, con un distanciamiento cada vez mayor entre el conseller Joan Saura y la 'vieja guardia' capitaneada por Joan Delort y Rafael Olmos, ha provocado "hartazgo" y "desconcierto" en los mossos d'esquadra, según varias fuentes consultadas por Efe.

Pese a que el detonante de esta crisis se sitúa el pasado 18 de marzo, con las cargas de los agentes antidisturbios contra los estudiantes antiBolonia en Barcelona, la desconfianza de Saura con el secretario de Seguridad, Joan Delort, y el director de la Policía, Rafael Olmos -que ya estaban en la consellería cuando el presidente de ICV llegó hace dos años-, nace de lejos, casi desde el principio.

Varias fuentes consultadas por Efe coinciden en que la situación ha llegado a tal extremo que los agentes de los Mossos se encuentran sumidos en el "desconcierto" y están "hartos" de que la crisis política salpique y cuestione "permanentemente" su labor como policías.

Según han informado a Efe fuentes de la consellería, Saura está a la espera de conocer el contenido definitivo del exhaustivo informe que ha encargado sobre los incidentes del pasado miércoles tras el desalojo de la Universidad de Barcelona para decidir si la crisis acaba o no con ceses de los responsables directos de una actuación policial que ya dejó claro públicamente que no le gustó.

Joan Saura tiene previsto comparecer en el Parlament el próximo martes para dar a conocer el contenido de este informe y para anunciar las medidas que adopta, que según varias versiones podrían suponer el cese del director de la Policía, Rafael Olmos.

Por el momento, según fuentes consultadas por Efe, Saura no le ha pedido a Olmos que abandone el cargo, ni éste le ha ofrecido su dimisión al conseller, aunque entre ambos la situación es tensa, como también lo es entre el secretario general de Interior, Joan Boada -de la confianza de Saura-, y Delort.

La mayoría de los agentes de la policía autonómica, según las fuentes consultadas, contemplan con "estupefacción" la batalla interna que se libra en la consellería, con filtraciones constantes a los medios que no hacen más que aumentar la "incertidumbre" sobre el futuro del cuerpo.

En declaraciones a Efe, Valentín Anadón, el portavoz del sindicato mayoritario de los Mossos, SAP-UGT, ha lamentado que la falta de una "línea coherente" en la consellería haya llevado a una gestión de esta crisis que considera un "despropósito monumental" .

"Primero sale Saura diciendo que no le gustó nuestra actuación, Olmos dice que actuamos correctamente, Joaquim Nadal (el conseller de Política Territorial) indica que un día actuamos con excesiva fuerza y al día siguiente con demasiada pasividad, el presidente José Montilla sale en defensa nuestra porque no lo hace Saura, Saura nos envía una carta diciendo que sí que confía en nosotros, y ahora sabemos que a lo mejor cesan a Olmos, no entiendo nada", se ha quejado Anadón.

En la misma línea, el portavoz del sindicato de los Mossos de CCOO, Toni Lara, ha admitido a Efe que la situación en Interior es "tensa" y se ha quejado de que la polémica por la actuación de los Mossos contra los antiBolonia se está "desmadrando".

Por su parte, desde el Sindicato de Policías de Cataluña (SPC), David Miquel, ha subrayado que para él, más que desconcierto, los Mossos están "hartos" de que permanentemente se cuestione su labor y se ha quejado de que los "pulsos personales" en la cúpula de la consellería acaban afectando a los agentes.

El desencuentro entre Saura y Boada con Delort y Olmos viene de lejos, y arranca con la decisión del conseller de hacer público, en abril de 2007, de que se había sorprendido a cinco agentes agrediendo a detenidos y que éstos habían sido grabados por cámaras secretas instaladas en los calabozos de la comisaría de Les Corts.

Este hecho provocó un ambiente de desconfianza entre Saura y Boada con la "vieja guardia", que se ha ido agudizando con el paso de los meses, hasta el punto de que entre ellos ha habido más desencuentros que acuerdos, según las fuentes consultadas.

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