Francia acepta la entrega a España de "Ata" por el atentado de Burgos en 2009

París, 17 nov.- La justicia francesa ha aceptado la entrega a España del ex jefe militar de ETA Mikel Carrera Sarobe, "Ata", por el atentado de la casa cuartel de la Guardia Civil de Burgos de julio de 2009, señaló hoy la fiscal Maryvonne Caillibotte.

La sala de instrucción del Tribunal de Apelación de París se pronunció a favor de la euroorden de la Audiencia Nacional de Madrid del pasado 12 de noviembre, explicó Caillibotte durante otro juicio contra Carrera Sarobe y otros seis etarras que se celebra en la capital francesa desde hace una semana.

No obstante, la entrega de "Ata", de 42 años, está suspendida al fin de las causas que tiene abiertas en Francia, donde ya ha sido condenado dos veces en 2013, una a cadena perpetua por el asesinato de dos guardias civiles en el suroeste de Francia en diciembre de 2007, y otra a 20 años.

Ibón Gogeascoetxea, el más veterano de los etarras que se sientan con él en el banquillo del Tribunal de lo Criminal de París desde el pasado 10 de noviembre, intervino en respuesta al anuncio de la fiscal para denunciar que el mandato europeo español contra Carrera Sarobe por el atentado de Burgos se sustenta en las declaraciones "obtenidas bajo la tortura" de otra componente de ETA, Beatriz Etxebarría.

La abogada de los acusados, Olatz Talavera, también se refirió a ese asunto para recordar que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos había dado la razón el pasado 7 de octubre a Etxebarría, que había recurrido a esa instancia alegando que la policía española consiguió su confesión en la que implicaba a otros miembros de la organización mediante la tortura.

Los jueces de Estrasburgo, de hecho, condenaron a España por considerar que no se habían investigado suficientemente las acusaciones de tortura de esta etarra, que cumple condena en la prisión de Soto del Real por formar parte del comando Otazua que puso la furgoneta bomba contra el cuartel de la Guardia Civil de Burgos, que causó 160 heridos de diversa consideración.

Por otro lado, en el proceso de hoy, que examina la supuesta implicación de los acusados en la comisión de diversos robos de material llevados a cabo por ETA a finales de 2005 y en 2006, varios de los inculpados volvieron a asumir su pertenencia a la banda.

Así lo hizo el que fuera responsable de la logística, Zígor Garro Pérez, o Borja Gutiérrez Elorduy, que dijo que es "militante de ETA, y orgulloso de serlo".

Durante su interrogatorio sobre el atentado contra una empresa de Vauvert, en el sureste de Francia, en la que robaron más de 400 pistolas y revólveres en la noche del 23 de octubre de 2006, Gutiérrez Elorduy se desmarcó del silencio de los demás etarras para señalar que él "no formaba parte del comando" que realizó esa acción.

"Nunca he estado en Vauvert", añadió, al explicar la presencia de sus huellas en uno manual de las armas robadas y en unos cartones encontrados en un coche al día siguiente porque había participado en su manipulación, pero sin querer dar detalles sobre el lugar ni las circunstancias.

En esa línea, se negó a contestar a las preguntas del presidente del tribunal, Philippe Coirre, sobre si estaba presente cuando intentaron destruir quemándolo -sin éxito- el Citroen Berlingo robado en las que se hallaron el 24 de marzo de 2006 esas pruebas en Monteils (Tarn et Garone, sur de Francia).

Si no se prueba la participación directa en la operación de Vauvert -y las huellas en el manual y la caja de las pistolas son los principales elementos incriminatorios-, Gutiérrez Elorduy no podría ser condenado por el principal de los cargos que pesan contra él, el de secuestro, que en Francia está penado con hasta cadena perpetua.

También están acusados de ese mismo cargo de secuestrar a cuatro miembros de la familia del director de la Sociedad de Importación y Distribución de Armas y Municiones (Sidam) Carrera Sarobe, Zígor Garro Pérez y Marina Bernadó Bonada.

Todos ellos mantuvieron hoy un completo silencio al ser interrogados sobre los hechos.