"Global Witness" se retira de un programa para evitar el tráfico de diamantes

  • La organización anticorrupción "Global Witness" anunció hoy que abandona su papel como observador oficial del llamado "Proceso Kimberley" -un sistema diseñado para evitar que entren en el mercado los diamantes obtenidos en zonas conflictivas o donde se cometen abusos- por considerarlo un "fracaso".

Londres, 5 dic.- La organización anticorrupción "Global Witness" anunció hoy que abandona su papel como observador oficial del llamado "Proceso Kimberley" -un sistema diseñado para evitar que entren en el mercado los diamantes obtenidos en zonas conflictivas o donde se cometen abusos- por considerarlo un "fracaso".

El Sistema de Certificación del Proceso de Kimberley (KPCS) pretende certificar que las piedras preciosas que salen al mercado internacional no proceden ni se usan para financiar guerras u otras acciones violentas.

Mediante un comunicado colgado en su web, esta ONG, que desempeñó un papel crucial en el establecimiento de ese proceso y que expuso por primera vez el problema de los denominados "diamantes de sangre" en 1998, confirmó su retirada como observador oficial casi nueve años después del lanzamiento del programa.

En su nota, "Global Witness" lamenta "la negativa del sistema a evolucionar y a abordar los claros vínculos entre diamantes, violencia y tiranía" y considera que el programa se ha quedado "cada vez más obsoleto".

La organización también señala que, pese a los "intensos esfuerzos" realizados a lo largo de muchos años por las organizaciones no gubernamentales, no se han solucionado sus principales "fallos" y "agujeros jurídicos" y señala que la mayoría de los Gobiernos que ponen en práctica ese programa continúan sin mostrar interés en reformarlo.

"Casi nueve años después del lanzamiento del Proceso Kimberley, la triste realidad es que la mayoría de los consumidores todavía no pueden estar seguros de dónde proceden sus diamantes ni si están financiando violencia armada o regímenes abusivos", indica Charmian Gooch, directivo de "Global Witness", en la nota.

La organización especifica tres áreas donde el programa ha fracasado, como "a la hora de lidiar con el comercio de diamantes conflictivos de Costa de Marfil; al no adoptar acciones serias ante la infracción de las normas cometidas por Venezuela durante varios años y porque no se ha mostrado dispuesto a evitar que los diamantes alimenten la corrupción y la violencia en Zimbabue".

"(El programa) Se ha convertido en un cómplice del blanqueo de diamantes, donde los diamantes sucios se mezclan con las gemas limpias", agrega la nota.

"Global Witness" también recuerda que a finales del pasado mes de junio, el Proceso de Kimberley autorizó la exportación de diamantes en la zona de Marange (en la que se encuentran las minas de Chiadzwa).

Esta decisión causó polémica porque Marange fue en 2008 el escenario de una dura represión militar contra mineros que realizaban actividades ilegales, lo que causó la muerte de al menos 200 civiles.

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