"¡Esto es por Siria!": Un hombre acuchilla a tres personas en el metro londinense

"¡Esto es por Siria!". Con este grito un hombre ha acuchillado a tres personas a la entrada del metro de Londres. La Policía Metropolitana londinense ha informado de que los agentes acudieron tras una llamada de urgencia desde la estación de Leytonstone, en la zona este de la ciudad, por la presencia de un individuo que estaba amenzando a los viajeros con un gran machete.

#BREAKING Footage of the terrorist in Leytonstone station in east #London, being detained by policemen.. pic.twitter.com/vbVb5ZXiqD— breaking-news (@UrgentNews5) diciembre 5, 2015

A su llegada al lugar de los hechos, los agentes emplearon una pistola eléctrica taser y lo inmovilizaron en el suelo. Ha sido detenido y llevado a un hospital. Al parecer cortó la garganta a una de sus vícitimas, que se encuentra en estado muy grave, aunque no se teme por su vida e hirió a otros dos pasajeros con heridas leves. Según testigos, el hombre estaba muy agresivo y no escuchaba las órdenes de los agentes de tirar el cuchillo al suelo.

Hace algunos días, Reino Unido inició ataques aéreos contra posiciones de la milicia terrorista del Estado Islámico en Siria, por lo que se está investigando si lo sucedido tiene un trasfondo terrorista.

"Consideramos esto un incidente terrorista", es lo que ha comunicado la policía, que ha pedido que la población mantenga la calma.Atentados terroristas en el metro de Londres en 2005

El jueves 7 de julio de 2005, cuatro explosiones paralizaron el sistema de transporte público de Londres en plena hora punta matinal. A las 8:50 AM, explotaron tres bombas en tres vagones del metro de Londres. Una cuarta bomba explotó en un autobús a las 9:47 AM en la Plaza Tavistock.

En los ataques fallecieron cincuenta y seis personas, incluidos los cuatro terroristas sospechosos, y 700 personas más resultaron heridas. Fueron los actos de terrorismo más sangrientos en el Reino Unido desde la muerte de 270 personas en el atentado de Lockerbie, Escocia, en 1988, y los más mortíferos en Londres desde la Segunda Guerra Mundial.