Condenado por denigrar en una canción a las víctimas del trío neonazi alemán

  • Un cantante alemán de extrema derecha fue condenado hoy a siete meses de libertad condicional por burlarse en una canción de los nueve extranjeros y una policía asesinados entre 2007 y 2009 por el trío terrorista neonazi destapado el año pasado.

Berlín, 15 oct.- Un cantante alemán de extrema derecha fue condenado hoy a siete meses de libertad condicional por burlarse en una canción de los nueve extranjeros y una policía asesinados entre 2007 y 2009 por el trío terrorista neonazi destapado el año pasado.

El juzgado de primera instancia de Meppen (noroeste) declaró culpable a Daniel Giese, de 42 años, de instigación al odio racial y de apología del crimen y deberá contribuir, además, con 600 euros a una asociación de asistencia social a delincuentes.

Según el tribunal, en su tema "Döner Killer" -en alusión a las víctimas, pequeños comerciantes, en su mayoría de establecimientos de comida rápida que venden döner, láminas de carne asadas en un torno vertical- muestra simpatía con los asesinos de la célula neonazi y denigra a los muertos.

En otros dos temas del disco de este grupo, llamado "Gigi und die braunen Stadtmusikanten" (Gigi y los músicos marrones, en un juego de palabras entre "Los músicos de Bremen" y el color marrón asociado al régimen nazi), Giese minimiza el holocausto y se burla de los extranjeros residentes en Alemania.

Tanto la Fiscalía, que pedía nueve meses de libertad condicional, como la defensa, que solicitaba la absolución del acusado, anunciaron que recurrirán la sentencia.

El disco compacto, publicado en 2010 con el título de "Adolf Hitler lebt" (Adolf Hitler vive), había sido incluido en la lista de la Oficina Federal de Verificación de Publicaciones Peligrosas para la Juventud.

Según los servicios secretos alemanes, el proyecto musical de Giese cuenta con gran difusión y aprobación entre los radicales de extrema derecha.

La célula "Clandestinidad Nacionalsocialista" (NSU), un comando terrorista neonazi constituido por tres personas y formado en 1998, actuó hasta su descubrimiento a finales del año pasado en el más absoluto anonimato y con total impunidad, periodo en el que, además de asesinar a diez personas, colocó bombas y atracó bancos.

Pese a que las actividades del trío neonazi eran conocidas desde 1998, la Oficina Federal para la Defensa de la Constitución y su filial en Turingia fueron incapaces durante más de una década de relacionar con ellos la cadena de asesinatos -entre cuyas víctimas figuran ocho turcos, un griego y una policía- y demás delitos cometidos.

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