Detienen a sospechoso de colocar tercera bomba casera en 3 días en Santiago

Santiago de Chile, 1 dic.- La policía chilena detuvo a un hombre de 38 años como sospechoso de colocar en una sucursal bancaria el tercer artefacto casero que estalla en tres días en Santiago de Chile, un hecho que la Fiscalía vinculó con el inicio esta semana del juicio del llamado "caso bombas".

El hombre fue arrestado por la Policía de Investigaciones (PDI) tras ser sorprendido por agentes de esa institución mientras arrojaba el artefacto explosivo dentro de la sucursal, propiedad del Banco BCI y ubicada en el distrito de Macul, según relataron hoy a Efe fuentes de la PDI.

El suceso se produjo alrededor de las 22.00 horas de este miércoles (01.00 GMT del jueves) y no causó heridos, confirmaron fuentes de Carabineros.

El sospechoso pasará hoy a disposición de la Fiscalía.

Esta es la tercera bomba de fabricación artesanal que estalla en los tres últimos días en la capital chilena.

La primera estalló el lunes frente a una sede de la Fiscalía Militar, y la segunda afectó este martes a un edificio de la Fiscalía local del distrito de La Florida, en el sur de la capital. Ninguna causó heridos.

El fiscal jefe de la zona Metropolitana Sur, Raúl Guzmán, vinculó la colocación de estos artefactos con el inicio este lunes del juicio del denominado "caso bombas", en el que se juzga a seis procesados por la colocación de una veintena de artefactos desde el año 2006, todos ellos vinculados a grupos anarquistas.

"Es el tercer bombazo y efectivamente podemos señalar que esto se ha producido y generado a propósito del inicio de la causa de las bombas, y podemos establecer quizá ahí alguna manifestación en relación a ese proceso", declaró anoche a periodistas.

Desde el año 2006 en Chile se han registrado varias decenas de atentados con bombas de fabricación casera contra bancos, sedes de grandes empresas, iglesias y edificios públicos, muchos de los cuales han sido reivindicados por anarquistas.

Estas explosiones han causado varios heridos leves, pero las consecuencias más graves las sufrieron dos jóvenes anarquistas que transportaban esos artefactos.

Uno de ellos falleció al estallar en mayo de 2009 una bomba que llevaba en una mochila, mientras que el otro perdió una mano, tres dedos de otra y parte de la visión al estallarle un artefacto que iba a colocar en una sucursal bancaria en junio de este año.