El Rey destaca la grandeza de España y pide entendimiento y unidad

    • Una frase resume el discurso: debemos mirar hacia delante, porque en el mundo de hoy nadie espera a quien solo mira hacia atrás.
    • Felipe VI defiende la unidad de España y llama a desterrar los enfrentamientos y los rencores, y sustituir el egoísmo por la generosidad, el pesimismo por la esperanza y el desamparo por la solidaridad.

ElPrimer gesto lo ha dado el rey Felipe VI eligiendo el lugar desde el que ha pronunciado el discurso de Nochebuena. Nada menos que en el Palacio Real en lugar de la Zarzuela por primera vez en la historia (el Rey se arriesga ahora a que algunos le critiquen que hablar desde el Palacio Real sea un signo contrario a los tiempos, pero estos tiempos no son tan normales y requieren golpes de efecto).El mismo Rey siente la necesidad de justificar este hecho y abandonar la Zarzuela para dar "másdignidady solemnidad del acto", y subrayar "la grandeza de España". Dijo mucho el Rey sin tener que decir casi nada. España es el Estado más antiguo de Europa, vino a decir el Rey, para poner en tierra a todos aquellos que quieren inventar Estados y naciones. Las primeras palabras también fueron un toque de atención a los líderes políticos. El Rey llama a la voluntad de entendimiento y a la convivencia, imprescindibles tras el 20D en un país que siempre se ha definido por lo contrario: los bandos y el enfrentamiento.Deja claro el Rey para los que no saben o no quieren saber la historia de España que el Palacio Real es de todos los españoles (no faltarán voces que se acuerden de Franco y Felipe VI se anticipa, "está abierto a todos los ciudadanos"). Y reincide en que este es un país que tiene una historia común que se refleja en nuestra cultura. Felipe VI llama a la unidad, pese a las diferentes formas de sentirse españolFelipe VI está más que preocupado por la deriva independentista catalana y por todos los que con el pretexto del derecho a decidir pueden poner en peligro la unidad de España. Una vez abierta la brecha será difícil cerrarla y la descomposición podría ser imparable. Por eso el Rey apela a todos a "reconocer lo que nos une". Algo que hacemos, hay que reconocerlo, muy poco, porque vende más lo que nos separa y porque como bien reflejó Goya en sus cuadros, los españoles nos hemos comportado como cainitas a lo largo de nuestra historia."Es necesario poner en valor lo que hemos construido juntos". Con sus errores y aciertos, señala el Rey, que pone así en valor lo realizado en la construcción y de manera colateral el trabajo de su padre.Pero el Rey deja abierta la puerta a "diferentes formas de sentirse español", que también son parte de nuestra identidad. Un claro mensaje a los millones de catalanes que se sienten catalanes y españoles, y también a aquellos que sienten hoy un hartazgo por lo español que el Rey insta a que sea reconducido respetando sentimientos y lenguas. Felipe VI ha puesto en valor también a aquéllos que a lo largo de los siglos "han dado su vida por España".El Rey ve a España a un gran Estado que respeta la voluntad democrática y el autogobiernoContesta al Rey a todos los que dicen que España presenta un déficit democrático importante. No lo ve así el Rey que en su discurso habla de "un gran Estado, que reconoce la diversidad en el autogobierno (otra respuesta a todos los que dicen que España no lo respeta lo suficiente), y que respeta la voluntad democrática de todos los españoles (de nuevo contesta a todos los que han puesto en duda la calidad de nuestra democracia, mejorable, pero no tan deplorable como a veces se transmite).El Rey reivindica el orgullo de sentirse españolLa exaltación de España del discurso de Felipe VI continúa. "Tenemos -tengo- muchas razones para poder afirmar esta noche que ser y sentirse español, querer, admirar y respetar a España, es un sentimiento profundo, una emoción sincera y un orgullo legítimo".Los políticos sí están en el punto de mira del Rey tras el 20D. Les exige que miren por el interés general de los españoles y fortalecer la cohesión social, un proyecto común. Destierra así el Rey, como no podía ser de otra forma, cualquier aventura que se salga de ese cauce. El Rey deja claro que"el sincero espíritu de reconciliación y superación de nuestras diferencias históricas. Esta es una lección que nunca debemos olvidar".La ruptura de la ley de forma unilateral solo provoca decadencia, pobreza y aislamientoEl discurso del Rey, certero, afilado y duro en su contenido, porque duros son los momentos que atraviesa el país, no se olvida de los dirigentes catalanes con Mas a la cabeza que han colocado al Estado en una situación límite. No cita el Rey expresamente, porque eso no es posible, pero sí indirectamente a aquellos que olvidan que "la ruptura de la ley, la imposición de una idea o proyecto de unos sobre la voluntad de los demás, solo conduce al empobrecimiento, la decadencia y el aislamiento".Serenidad, tranquilidad y confianza en la unidad y continuidad de EspañaEl Rey ha hecho en su discurso una encendida defensa de la Constitución que considera el pilar de nuestra convivencia, la que asegura la defensa y los derechos de todos los ciudadanos y nuestra propia diversidad.Empleo digno porque no se puede ver el futuro sin ilusiónLa economía ha ocupado un importante espacio del discurso. Un término ha sido clave. Empleo digno. No cualquier empleo. Eso es lo que ha señalado Felipe VI que España necesita para que todos veamos el futuro con ilusión. Y en clara sintonía también con algunas sensibilidades de país, apuesta por lo público y lucha contra la desigualdad. Una frase deja clara la opinión de Felipe VI: que nadie se quede en el camino.El Rey pide a los españoles que dejen de mirar atrás porque el mundo no esperaFelipe VI recrimina a los españoles un vicio que nos persigue. Nuestra obsesión por mirar atrás. Como si fuéramos incapaces de construir el futuro sin ataduras, dogmas o rencores. Ahora lo hemos vuelto a ver con las calles de Madrid, pero es algo común a la política y sociedad españolas. Siempre se mira atrás para justificar los errores o el presente y sus deficiencias. El Rey anima a todos a mirar hacia delante porque hoy nadie espera a quien solo mira atrás.La corrupción, tocada muy de pasadaNo ha querido profundizar el Rey esta vez en el tema de la corrupción, pese a que es una de las grandes preocupaciones de los españoles. Solo una frase toca de pasada el comportamiento que debe exigirse a los representantes políticos: "unas instituciones sensibles con las demandas de rigor, rectitud e integridad".Felipe VI ha pronunciado un discurso pues, menos afable y más directo que el del año pasado. Más político porque lo que se juega hoy en España es la unidad de España, en riesgo, la estabilidad política, también entre alfileres, y la inseguridad de una Constitución que ha sido el pilar del Estado y que ahora se quiere sustituir sin ideas claras y sin un consenso a la vista.El reto, trabajar unidos para evitar la ruptura del país y de la sociedadPor eso el discurso del Rey ha puesto en valor lo logrado y ha dejado claro que cualquier aventura debe ser la de todos, respetando el Estado y la voluntad de la mayoría.Lo ha resumido en dos mensajes claros, que los representantes españoles deben mirar hacia adelante, que la unidad de España es intocable si queremos tener futuro y que "ya es hora de desterrar los enfrentamientos y los rencores: y sustituir e egoísmo por la generosidad, el pesimismo por la esperanza y el desamparo por la solidaridad en la confianza de que los españoles, pese a mirar siempre al pasado y poco al futuro (esa tara) siempre han vencido a las dificultades.Es hora de darse la mano y no de darse la espalda, dice Felipe VI, de no dejar a nadie en el camino. Es consciente Felipe VI de que no solo el país sino la sociedad corre el riesgo de dividirse. Y deja claro que es responsabilidad de todos que esto no ocurra. No repetir la historia de nuestros fracasos está en nuestra mano.

Mostrar comentarios