El condenado, un ciudadano sirio de 26 años, ha sido declarado culpable de ser cómplice de secuestro y de exigir un rescate, entre otros cargos, por el Tribunal Superior de Stuttgart este miércoles.
El trabajador de la ONU, de nacionalidad canadiense, fue retenido durante ocho meses en una villa a las afueras de Damasco por una red vinculada al grupo yihadista Frente Al Nusra, que a día de hoy se autodenomina como Frente Fatá Al Sham.
La Fiscalía alemana había solicitado hasta siete años de cárcel, mientras que la defensa del acusado ha presionado a lo largo del proceso judicial para conseguir entre dos y tres años de prisión.
A lo largo del juicio, que ha durado casi un año, el condenado admitió haber estado en la villa donde el trabajador de Naciones Unidas se encontraba retenido. El tribunal alemán cree que el joven estaba encargado de la vigilancia del edificio.
La Fiscalía ha anunciado que el hombre sirio, que llegó a Alemania en 2014, es el primer refugiado llevado ante un tribunal alemán para responder por crímenes de guerra.
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