Justicia exculpa a ex primer ministro de negligencia durante crisis islandesa

  • Un tribunal especial islandés exculpó hoy al exprimer ministro Geir H. Haarde de haber actuado de forma negligente antes y durante el colapso del sistema bancario de octubre de 2008, que colocó a Islandia al borde de la bancarrota.

Copenhague, 23 abr.- Un tribunal especial islandés exculpó hoy al exprimer ministro Geir H. Haarde de haber actuado de forma negligente antes y durante el colapso del sistema bancario de octubre de 2008, que colocó a Islandia al borde de la bancarrota.

La sentencia absolvió a Haarde de tres de los cuatro puntos de la acusación, los más graves, que aludían a su responsabilidad directa por no impedir o reducir los efectos de la crisis financiera o no haber obligado a los bancos islandeses -cuyo volumen de negocio llegó a ser diez veces el PIB del país- a disminuir su tamaño.

Pero Haarde fue condenado por un delito menor -con el voto a favor de nueve de los quince miembros del tribunal-, el que hace referencia a la obligación de los ministros de convocar reuniones específicas para tratar temas importantes.

Esa condena menor no se traduce en ninguna pena para Haarde, que tampoco tendrá que pagar las costas del juicio, 24 millones de coronas islandesas (unos 143.000 euros), que recaerán en el Estado.

El conservador Haarde, de 61 años, jefe de Gobierno entre 2006 y 2009, se arriesgaba a una pena máxima de dos años de cárcel en caso de ser condenado por negligencia, aunque se esperaba su absolución, o bien a una multa.

Ninguno de los más de 40 testigos que declararon en el proceso, casi todos pertenecientes a la elite política y económica del país, culpó directamente a Haarde de haber cometido algún delito grave.

Tras escuchar la sentencia en la Casa de la Cultura de Reikiavik, escenario del juicio, Haarde resaltó la "derrota total" que ésta suponía para quienes lo acusaron, pero dijo no estar satisfecho con la condena por una "mera formalidad", y calificó el veredicto de "absurdo", ya que debería aplicarse a todos los jefes de Gobierno.

Admitió que la situación de los bancos y sus posibles consecuencias para Islandia sí fueron tratadas en las reuniones de ministros, aunque no figuraran de forma específica, y que hizo lo que pensaba que era correcto a la luz de la información disponible.

Haarde criticó la "presión política" sufrida por los integrantes del tribunal (Landsdómur), que a su entender han entregado un "premio de consolación" a la acusación con su condena menor, además de denunciar que el proceso ha estado rodeado de "irregularidades".

Entre los testigos que declararon en el proceso se encontraban varios que habían votado en el Parlamento (Althingi) a favor de su procesamiento, como el ministro de Finanzas, Steingrimur Sigfusson.

"Nunca antes se había actuado de una forma tan vergonzosa, espero que nunca más vuelva a ocurrir", dijo sobre el proceso Haarde, quien anunció que estudiará llevar el caso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

El caso contra Haarde no tiene parangón en la historia moderna de Islandia, como refleja el hecho de que el Landsdómur, una corte especial para procesos que afectan a miembros del Gobierno, nunca había actuado desde su creación en 1905.

Además, ha estado rodeado de una gran controversia desde que el Althingi dio luz verde a la imputación de Haarde en septiembre de 2010, a instancias de una comisión parlamentaria de investigación.

En esa misma votación fueron "absueltos" otros tres ministros, dos de ellos del Partido Socialdemócrata, que formó coalición con el Gobierno de Haarde hasta que éste dimitió a principios de 2009 por las protestas populares y que desde abril de ese año dirige Islandia junto con el Movimiento de Izquierda Verde.

La imputación de Haarde fue también polémica porque no se ha hecho lo mismo con otras figuras, como el también conservador David Oddsson, primer ministro entre 1991 y 2004 y principal impulsor de la política neoliberal que llevó a Islandia al desastre.

Tampoco fue una de las caras más visibles de la época de vacas gordas, al contrario que el aún presidente, Ólafur Ragnar Grímsson, que antes de la crisis recorría el mundo elogiando a los magnates islandeses, los "nuevos vikingos" que amenazaban con conquistar el planeta y que llevaron al país a una crisis sin precedentes.

Y aunque el fiscal especial ha abierto decenas de casos por corrupción contra directivos de varios bancos, los grandes magnates no se han visto afectados o han salido indemnes.

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