Pistolas bañadas en oro para los jefes de los cárteles mexicanos

  • Las bandas mexicanas de narcotraficantes mueven miles de millones de dólares en el negocio clandestino de las drogas con Estados Unidos. Mientras las autoridades mexicanas combaten a los cárteles, un museo en la capital muestra el material confiscado a estos grupos: desde pistolas y medallones bañados en oro hasta alijos de drogas y las técnicas empleadas por los criminales.
Ioan Grillo y John Dickie | GlobalPost

(El próximo vídeo está inglés. Puedes leer su transcripción al castellano más abajo).

Gángsteres chic: descubriendo a los elegantes jefes narcos de México

Soldados en las calles. Tiroteos a plena luz del día. Pilas de cadáveres. México está sufriendo su peor momento en la guerra del narcotráfico mientras los cárteles de la droga rivales se pelean por conseguir un negocio que mueve miles de millones de dólares en el narcotráfico con Estados Unidos.

Pero el Ejército también está golpeando a las mafias como nunca con redadas que incluyen a soldados y confiscando armas, drogas y joyas en cantidades récord.Un cartel capturado este año da una nueva visión de la riqueza, el trabajo y la extraña cultura de los narcos.

Global Post ha viajado al cuartel general del Ejército en Ciudad de México para averiguar qué han confiscado y lo que han descubierto.

El curioso "Museo de Enervantes" (drogas) creado por el capitán Claudio Montáñez, un oficial que ha trabajado durante veinticinco años en primera línea: “El objetivo que tiene es complementar la capacitación del personal en la lucha contra el narcotráfico”.

Incluye maquinaria a la última confiscada en laboratorios clandestinos, como esta cocina, en la que se preparaban toneladas de cristal MED, una droga que los cárteles mexicanos están produciendo cada vez en mayores cantidades.

Siguiendo con la visita, vemos cómo los traficantes han perfeccionado ingeniosas técnicas para introducir la droga en los Estados Unidos en barcos, coches modificados e incluso dentro de cuerpos humanos.“Ella en sus glúteos traía dos prótesis. En cada una de ellas, dos kilos de heroína”.

Y para controlarlo todo, los traficantes cuentan con tecnología punta en materia de espionaje, como un dispositivo que es capaz de captar las conversaciones de los teléfonos móviles.

En la parte del museo dedicada al Ejército nos encontramos con el perro olfateador Jackie: “Localizó más de 3,5 toneladas de marihuana y más de 102 kilos de pastillas psicotrópicas”.

Finalmente llegamos a una sala dedicada a lo que los mexicanos llaman la “narcocultura”. Aquí vemos una destacable colección de tesoros confiscados a los líderes. Estas diez pistolas bañadas en oro fueron halladas en la casa de un mafioso que murió de un disparo este año. Algunas de las pistolas llevan diamantes incrustados, también llevan grabados los nombres de sus héroes de la Revolución mexicana, como Pancho Villa, y otras llevan marcas de moda como Versace. Otras bandas tienen rifles completamente bañados en plata: “Esto, por ejemplo, es una muestra del ostento y el gasto excesivo”.

Estos medallones confiscado tras un tiroteo dan muestra de un lado aún más siniestro de los cárteles de la droga. Eran de una banda llamada “Los Zetas” que se los entregaba a sus “soldados” más fieles.Los millones de dólares que los americanos se gastan en cristal MED, cocaína y marihuana les permiten comprarse los diamantes y las joyas que vemos aquí, pero también permite un coste de vidas humanas, porque en el último año y medio más de mil policías, soldados y oficiales mexicanos han sido asesinados por traficantes de droga.

Después de entrevistar a altos cargos de la droga Alejandro Almazán fue amenazado de muerte. Cuenta como la extravagancia suele mostrar el poder y el éxito de los jefes del crimen.

“Siento que con todo esto tratan, por un lado, de resarcir la pobreza, y por otro lado intentan mostrar al mundo que son poderosos.” “Pueden conseguir lo que sea. Pueden ir por un diamante a Guinea y conseguirlo sin problema. Por eso han trabajado, por eso traen “cuernos de chivo” [kalashnikov], por eso asesinan”.

Almazán dice que a pesar de todos los objetos confiscados el ejército está muy lejos de derrotar al cártel.

“Yo creo que la guerra contra el narco sólo se la cree Calderón. Creo que no está funcionando. No creo que haya más muertes por la guerra. Sólo hay más muertes porque los narcotraficantes están combatiendo las plazas. No porque haya ido el ejército, no porque haya ido la AFI o la policía, porque la mayoría de los muertos al final son los mismos sicarios.

Según la violencia crece, el museo enseña cómo diferenciar al enemigo. Estas débiles construcciones son las típicas guaridas improvisadas de un soldado narco de a pie, escondido entre el paisaje mexicano, mientras la droga entra en Estados Unidos.

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