El expresidente Estrada resurge en política como alcalde de Manila

  • El expresidente y antigua estrella del cine filipino, Joseph Estrada, ha ganado las elecciones a la alcaldía de Manila doce años después de ser depuesto en una revuelta popular, condenado a cadena perpetua por corrupción e indultado.

Manila, 14 may.- El expresidente y antigua estrella del cine filipino, Joseph Estrada, ha ganado las elecciones a la alcaldía de Manila doce años después de ser depuesto en una revuelta popular, condenado a cadena perpetua por corrupción e indultado.

Según el recuento final de votos anunciado hoy, Estrada obtuvo 343.993 papeletas, frente a las 308.544 que recibió el actual alcalde, Alfredo Lim, en las elecciones celebradas el lunes.

A sus 76 años, el exmandatario, conocido popularmente como "Erap", culmina así su rehabilitación en la política, tras el indulto que lo libró de la cárcel en 2007 y quedar segundo en los comicios presidenciales en 2010.

"Gracias a la extraordinaria gente de Manila por poner a un auténtico vástago de Manila al timón de la capital", dijo en un comunicado Estrada, quien presidió el país entre 1998 y 2001.

"Queridos manileños, no os fallaré, nací en Manila y moriré para devolverle la gloria y el orgullo", agregó este actor que protagonizó más de 100 películas.

Estrada sucederá al veterano Lim, un excomisario de la Policía de origen chino que se ganó el apodo de "Harry el Sucio" por la campaña contra el crimen que dirigió como alcalde de Manila entre 1992 y 1998, cargo que recuperó en 2007 y ha ocupado hasta la fecha.

"Erap" nació en uno de los barrios más pobres de la capital y era un héroe del celuloide cuando en 1967 inició su actividad política ganando el municipio manilense de San Juan, corporación que controló durante 16 años.

En 1998, llegó a la cúspide de su carrera al ganar las elecciones presidenciales con más de 10 millones de votos, sustentados en un programa populista y constantes mensajes a los filipinos más desfavorecidos.

El pueblo le veía como una especie de "Robin Hood" filipino dispuesto a hacer justicia y a sacar al país del atraso, a pesar de que nadie desconocía su afición por la bebida, las mujeres y el juego.

Después de meses de denuncias de malversación de fondos públicos, amiguismo y regalos a sus múltiples amantes, en enero de 2001 una revuelta popular salió a las calles de Manila y le expulsó del Palacio de Malacañang, la residencia de los jefes de Estado, sin esperar a que concluyera el proceso de destitución abierto en el Legislativo.

La movilización callejera fue auspiciada por la Iglesia Católica, que censuraba los múltiples vicios de "Erap", y la expresidenta Corazón Aquino, símbolos, ambos, de las protestas que derrocaron en 1986 al dictador Ferdinand Marcos.

Acabaron por unirse a la revuelta popular la cúpula militar y la elite económica tradicional, que había perdido sus privilegios frente a un reducido grupo de empresarios de origen chino que formaba el "gabinete de medianoche" del presidente, a quien no le gustaba mucho madrugar.

Ese mismo año, 2001, comienzan los procesos judiciales contra Estrada por presuntamente aceptar sobornos de las redes de juego ilegal, apropiación de fondos de los impuestos del tabaco y cobro de comisiones ilegales.

Después de tres años encarcelado en un hospital militar, el mismo que ahora tiene confinada a Gloria Macapagal Arroyo, su sucesora, consigue que el tribunal autorice su traslado a la lujosa residencia familiar situada en las afueras de Manila, donde cumplió arresto domiciliario tres años más.

La condena a cadena perpetua por los casos de corrupción llegó en 2007, una sentencia que jamás cumplió pues a los pocos días le indultó Macapagal Arroyo.

Según el Gobierno filipino, el perdón estaba condicionado a que "Erap" renunciara a sus aspiraciones políticas, pero a finales de 2009 anunció su candidatura en las presidenciales que se celebraron al año siguiente.

Quedó en segundo puesto, detrás del Benigno Aquino, hijo de la expresidenta Corazon y miembro de uno de los clanes políticos más importantes del país.

Durante la campaña electoral a la alcaldía de Manila, Estrada prometió combatir el alto índice de criminalidad y el desempleo, en medio de su estilo más populista.

En un programa televisivo, rodeado de bailarinas escasas de ropa, el galán de cine prometió ante una audiencia formada en su mayoría por personas de la tercera edad: "Donaré mi salario para comprar medicinas y otros artículos de necesidad para los ciudadanos mayores".

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