Medrano, asesinado por su esposa 50 años después de sus correrías con El Lute

  • Raimundo Medrano González, presuntamente asesinado por su esposa en Calatayud (Zaragoza), formó parte en los años sesenta de la banda de Eleuterio Sánchez "El Lute", junto a Juan José Agudo.

Madrid/Zaragoza, 9 ene.- Raimundo Medrano González, presuntamente asesinado por su esposa en Calatayud (Zaragoza), formó parte en los años sesenta de la banda de Eleuterio Sánchez "El Lute", junto a Juan José Agudo.

Nacido en Villaconejos de Trabaque (Cuenca) en 1945, el "golpe" que le dio notoriedad fue el atraco a una joyería de la madrileña calle de Bravo Murillo, el 5 de mayo de 1965, en el que resultó muerto el vigilante, que recibió un disparo en el pecho.

Además, días después, cuando la policía trataba de detenerle en la calle Galileo de Madrid, murió una niña de siete años a la que alcanzó una bala perdida. Medrano consiguió huir, pero fue detenido posteriormente en Ávila.

Medrano, El Lute y Agudo fueron sometidos a un juicio sumarísimo y condenados a muerte, aunque luego se les conmutó la pena capital por la de treinta años y un día por un delito de bandidaje y terrorismo. Medrano y El Lute se acusaron mutuamente del disparo que acabó con la vida del vigilante de la joyería.

Durante su estancia en la prisión de Alicante Medrano sufrió un accidente, al estallar una caldera, que le dejó prácticamente ciego.

En octubre de 1978 salió en libertad condicional y en 1979 publicó, junto con la periodista Soledad Cano, una autobiografía titulada "Enemigo público número 2"

Hace, aproximadamente un año, se trasladó a vivir a Catalayud junto a su mujer, que ha sido detenida por la Policía Nacional acusada de asesinar a Raimundo, un día después de que denunciara la desaparición de su esposo.

Raimundo fue encontrado en una leñera, que tenía en su domicilio, por agentes de la Policía Nacional envuelto entre plásticos después de que su mujer confesara el crimen, en unas circunstancias que se investigan.

El ahora fallecido estaba casi ciego, tenía diabetes, tomaba mediación a diario y no salía de casa sin su mujer.

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