Las detenciones se han registrado en el curso de varias operaciones desarrolladas en Estambul y 22 de los arrestados son ciudadanos de otros países.
En los últimos años, el Gobierno de Ankara ha detenido a más de 5.000 personas sospechosas de pertenecer a Estado Islámico, ha deportado a más de 3.000 milicianos procedentes de 95 países diferentes y ha denegado la entrada al país a al menos 38.000 personas, según datos de las autoridades turcas.
Hace una semana, la Policía de Turquía mató a tiros a un miliciano que planeaba perpetrar un atentado suicida contra una comisaría de Policía en la ciudad de Mersin, una localidad del sur del país.
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