Familiares piden cuerpos de las víctimas de estampida Nochevieja de Shanghái

  • Decenas de familiares de las víctimas mortales chinas que causó la estampida accidental del pasado miércoles en el centro de Shanghái durante la celebración al aire libre de la Nochevieja, en la que 36 personas murieron y 49 resultaron heridas, se han manifestado para pedir sus cuerpos a las autoridades.

Shanghái (China), 5 ene.- Decenas de familiares de las víctimas mortales chinas que causó la estampida accidental del pasado miércoles en el centro de Shanghái durante la celebración al aire libre de la Nochevieja, en la que 36 personas murieron y 49 resultaron heridas, se han manifestado para pedir sus cuerpos a las autoridades.

Según publica hoy el diario independiente de Hong Kong "South China Morning Post", los dos extranjeros que murieron en el suceso, un malasio y un taiwanés, han sido ya repatriados, mientras que las 34 víctimas chinas siguen aún en tanatorios de la ciudad, ya que las autoridades locales continúan investigando las causas de lo ocurrido.

Los familiares se manifestaron a las puertas del Gobierno local, en el mismo distrito de Huangpu donde acontecieron los hechos a menos de media hora para el final de 2014, el pasado miércoles.

La tragedia se produjo en el cruce de la principal arteria de la ciudad, Nanjing Dong Lu, con la avenida del malecón fluvial conocido como el Bund, al pie de edificios históricos y frente al famoso bosque de rascacielos del barrio financiero Lujiazui, de la otra orilla del río Huangpu.

A pesar de que, por precaución, se había anulado el espectáculo de luces que se había organizado allí cada Nochevieja desde 2010, ya que el año pasado las autoridades se vieron desbordadas porque acudieron a esa calle unas 300.000 personas, la afluencia de gente superó este año al despliegue policial y se produjo el accidente.

Según la prensa local, hubo varios focos en la estampida, ya que por una parte, junto a las escaleras que suben a la plataforma elevada del malecón, que da al río, había grupos de personas que querían subir y bajar a la vez por unas escaleras que hay junto a una estatua de Chen Yi, el primer alcalde comunista de la ciudad.

Por otra parte, el personal de un club nocturno situado en uno de los edificios históricos que dan al Bund empezó a soltar desde su terraza papeletas promocionales para su fiesta de Año Nuevo, que imitaban el diseño de billetes, y el viento las llevó hacia la zona donde, mientras algunos trataban de recogerlas, se dio la avalancha.

Según declaró al diario hongkongués un familiar de una de las víctimas, los manifestantes pidieron el domingo la entrega de los cuerpos y una compensación económica, pero las autoridades se mantuvieron firmes en no entregarlos todavía.

Gran parte de las víctimas de la estampida fueron jóvenes veinteañeros, en su mayoría mujeres, y de los al menos 49 heridos contabilizados, al menos 25 siguen hospitalizados, siete de ellos con daños físicos de gravedad, incluida una persona que permanece en cuidados intensivos, según el Gobierno local.

Entretanto, la policía local ha interrogado también a decenas de personas por publicar comentarios en internet críticos con la actuación de las autoridades.

La policía ha admitido que subestimó la afluencia de gente que podría reunirse en el Bund, el lugar más emblemático de la ciudad, a pesar de haberse suspendido el espectáculo de otros años, por lo que no se desplegó una fuerza policial suficiente para controlar adecuadamente el flujo de personas en la zona.

Una de las críticas hacia la policía en las redes sociales destaca que, cuando se produjo el suceso, decenas de agentes cogidos de los brazos aislaron a las víctimas mediante una cadena humana, pero ninguno de ellos ofreció su ayuda, y las víctimas sólo fueron asistidas por civiles hasta que llegaron las ambulancias.

El propio presidente chino, Xi Jinping, dio en la noche del día 1 de enero instrucciones para que las autoridades de Shanghái hagan "todo lo que esté en su mano" para ayudar a los afectados e investigar las causas de lo sucedido, mientras el primer ministro, Li Keqiang, urgió a revisar los protocolos de seguridad ante el Año Nuevo chino.

En Shanghái, ante esta festividad, que caerá en febrero, se estudia ya cómo controlar mejor las actividades del tradicional Festival de las Linternas, con el que concluye el Año Nuevo Lunar chino 15 días después, es decir, a principios de marzo, y que en los jardines Yu Yuan de Shanghái suele atraer a 60.000 personas al día.

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