Juez de zona de asesinato de periodista en Paraguay denuncia amedrentamiento

  • El juez paraguayo Carlos Martínez que ordenó los primeros allanamientos de sospechosos del asesinato del periodista Pablo Medina y su asistente, Antonia Almada, la semana pasada, denunció hoy ante la prensa que sufrió un intento de asalto en su domicilio familiar.

Asunción, 25 oct.- El juez paraguayo Carlos Martínez que ordenó los primeros allanamientos de sospechosos del asesinato del periodista Pablo Medina y su asistente, Antonia Almada, la semana pasada, denunció hoy ante la prensa que sufrió un intento de asalto en su domicilio familiar.

Martínez, juez de la ciudad de Curuguaty, en el departamento de Canindeyú, fronterizo con Brasil, donde ocurrió el suceso el 16 de octubre dijo a la prensa local que unos desconocidos intentaron entrar durante la noche por la puerta trasera de su casa y que su esposa tuvo que realizar disparos intimidatorios para ahuyentarlos.

"Yo firmé unos allanamientos ahí, no descarto amedrentamiento, no descarto esa situación", declaró el juez al diario ABC Color, medio de comunicación donde trabajaba Medina como corresponsal regional.

Una de las operaciones autorizadas por Martínez sirvió para la detención el 17 de octubre de dos hermanos de la zona que cuentan con antecedentes por narcotráfico y por homicidio.

Es la tercera vez que la vivienda del magistrado sufre un intento de asalto en el último año, según declaró.

Hace unos ocho meses hombres desconocidos entraron en su domicilio familiar cuando residía en la ciudad de Salto del Guairá, capital del departamento y violaron a una de sus empleadas domésticas.

Dos meses más tarde, varios sujetos intentaron forzar sin éxito la misma puerta de la vivienda donde intentaron entrar anoche, explicó.

El juez destacó que cuenta con un custodio policial durante el día, "pero nadie por la noche".

La Fiscalía de Paraguay ha imputado por narcotráfico al alcalde de la localidad de Ypehú, Vilmar Acosta, miembro del gobernante Partido Colorado, buscado por el asesinato de Medina.

También imputó a sus hermanos Wilson Acosta y Vidal Yuner Acosta, después de que el miércoles la policía encontrara un centro de acopio de marihuana en una estancia propiedad de la familia. Los tres están en paradero desconocido.

En la hacienda, conocida como Dos Fronteras y Dos Naciones, los agentes hallaron 3 toneladas de marihuana en proceso de elaboración y otros 148 kilogramos de esa hierba prensada y distribuida en 128 panes.

Asimismo, encontraron prensas, gatos hidráulicos, fumigadoras, garrafas y zarandas, usados para preparar la droga, además de un explosivo de fabricación casera. Los agentes destruyeron la droga y el campamento, según la Fiscalía.

Medina, de 53 años, fue asesinado junto a Almada, de 19, cuando viajaban en automóvil en una carretera del departamento de Canindeyú.

El periodista realizó coberturas sobre el tráfico de marihuana en el área y sus supuestas implicaciones con algunos políticos locales, tras lo cual recibió diversas amenazas, algunas de ellas realizadas por Vilmar Acosta.

Wilson Acosta fue reconocido como uno de los autores materiales del asesinato por la única superviviente, Juana Ruth Almada, hermana de la joven asesinada, que viajaba en el mismo vehículo y salió ilesa.

Además de Medina, este año también fueron asesinados Fausto Alcaraz y Elías Fernández Fleitas, todos ellos periodistas que trabajaban en provincias, "en aparente represalia por sus denuncias sobre la connivencia entre el narcotráfico y funcionarios públicos", según un informe elaborado por la Comisión de Libertad de Prensa, de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).

Paraguay es el segundo productor de marihuana en América, por detrás de México. El Gobierno estima que hay entre 5.000 y 8.000 hectáreas plantadas con marihuana, lo que supone una producción de entre 30.000 y 45.000 toneladas al año.

El 80 por ciento tiene como destino Brasil, mientras que el resto acaba en los otros países vecinos.

Además, el país suramericano se ha convertido en una ruta de transformación en cocaína de la coca boliviana para su venta en Brasil y otros países, con la implantación de laboratorios clandestinos en su territorio, según las autoridades.

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