París reconoce errores al no poder detener a los yihadistas al volver al país

  • El ministro francés de Defensa, Jean-Yves Le Drian, reconoció hoy que hubo "un gran embrollo" con los tres presuntos yihadistas que, expulsados de Turquía, no fueron detenidos al llegar a Francia por una serie de errores pese al dispositivo policial que se les había preparado.

París, 24 sep.- El ministro francés de Defensa, Jean-Yves Le Drian, reconoció hoy que hubo "un gran embrollo" con los tres presuntos yihadistas que, expulsados de Turquía, no fueron detenidos al llegar a Francia por una serie de errores pese al dispositivo policial que se les había preparado.

Le Drian explicó el fiasco por una "desafortunada iniciativa" de las autoridades turcas, que informaron demasiado tarde a los franceses de la llegada de los tres jóvenes a Marsella, cuando la policía francesa los esperaba para arrestarlos en el aeropuerto parisino de Orly.

Además, cuando desembarcaron de su vuelo procedente de Estambul en Marsella, el sistema informático de lectura de pasaportes, que hubiera tenido que advertir a los agentes de aduanas de que se trataba de personas buscadas por las fuerzas del orden, estaba averiado.

En cualquier caso, el titular de Defensa se mostró seguro de que su colega del Interior, Bernard Cazeneuve, "va a tomar las iniciativas necesarias" y "se encontrará una solución rápidamente".

Los tres franceses, Imad Jjebali, Abdelouahab El Baghdadi y Gael Maurize, habían sido detenidos en Turquía bajo la sospecha de haber estado enrolados en grupos yihadistas en Siria y debían ser expulsados en un vuelo en dirección a París ayer por la mañana, pero el comandante del avión se negó a embarcarlos.

Los turcos decidieron ponerlos en el siguiente vuelo en dirección a Francia, que era para Marsella, pero según Le Drian no avisaron a las autoridades francesas hasta que el avión aterrizó.

El Baghdadi, de 29 años, es cuñado del conocido yihadista Mohamed Merah, muerto a tiros por la policía en marzo de 2012 en Toulouse después de haber matado a siete personas en la región.

Jjebali, de 27 años, es un amigo de infancia del propio Mohamed Merah, que había sido condenado en Francia en 2007 por terrorismo.

Maurize, de 24 años, es un francés de origen convertido al islam y con antecedentes policiales, al igual que los otros dos, por haber formado parte presuntamente de una red terrorista.

Según sus abogados, los tres hombres no pretenden evadirse y acudirán a las posibles convocatorias de la policía para interrogarles.

Mostrar comentarios