La justicia trabaja sin descanso para evitar que Antza, el carnicero de ETA, salga libre

    • Mikel Antza, como responsable del aparato político, mandó asesinar a más de 130 personas. Saldrá de la cárcel en menos de dos meses.
    • Si se le condenara y cumpliera condena en una prisión española, se corre el riesgo de reactivar el frente de presos y de movilizar a ciertos sectores todavía dispuestos a volver a las armas.
Mikel Antza, uno de los líderes más sanguinarios de ETA
Mikel Antza, uno de los líderes más sanguinarios de ETA

Después de que el juez de la Audiencia Nacional Juan Pablo González haya decidido no procesar a Mikel Antza por un delito de "lesa humanidad", el futuro de uno de los más sanguinarios dirigentes que ETA haya tenido es más incierto que nunca.

El juez decidió no procesar al exjefe político de ETA al considerar que "durante el breve periodo de tiempo" en que se mantuvo al frente de la organización después de la entrada en vigor del delito de lesa humanidad el 1 de octubre de 2004, hasta su detención, dos días despues, no se había producido ningún atentado con resultado de muerte.

Antza debió respirar tranquilo tras conocer esta noticia, pues como responsable del aparáto político de la banda y, en consecuencia, de decidir qué atentados se llevarían a cabo, el etarra mandó asesinar a más de 130 personas, entre ellos a Miguel Ángel Blanco, desde que asumiera el liderazgo en 1992.Saldrá libre en menos de dos meses

Sin embargo, la decisión del juez Pedraz de imputarle por el asesinato de Gregorio Ordóñez, en 1995, asegurando que él fue el autor intelectual del atentado, podría dar un vuelco al asunto. Fuentes de la lucha antiterrorista reconocen a lainformacion.com que será difícil demostrar que fue él quién efectivamente mandó matar al dirigente popular, pues aunque se sabe que ostentaba el liderazgo del comité de dirección de la banda y que este organismo era el que tomaba las decisiones, "es complicado probar que fue él quién tomó esa decisión en concreto".

El panorama que se presenta ahora es complicado. Si no prosperara la imputación en España, Mikel Antza, que cumple condena en Francia, quedaría libre en enero de 2016, dentro de apenas dos meses, solo 11 años después de su detención.En una cárcel española, podría reorganizar la estrategia de los presos

No obstante, si se le juzgara y condenara en España por el asesinato de Ordóñez, se correría el riego de reactivar el llamado frente de prisiones, practicamente neutralizado en la actualidad. A día de hoy, los presos etarras están muy divididos y carecen de una estrategia común, cosa que cambiaría si Antza regresara a España.

Fuentes antiterroristas consideran que el hecho de que ingresara en una cárcel española, aunque estuviera lejos del País Vasco, supondría un balón de oxígeno para ETA. La gran influencia de Antza, considerado del sector duro de la banda, en el colectivo de presos supondría, por un lado, que los encarcelados volvieran a tener una estrategia común y un peso en la toma de decisiónes de ETA, y, por otro, la posible movilización de los llamados "legales" (sin antecedentes) y de los "liberados" (huídos), que siguen continúan en el entorno abertzale y podrían plantarse volver a las armas.

El repunte de la 'kale borroka', prácticamente inactiva hace dos años, es una prueba de ello: tienen ganas, pero no un líder. "Es un problema que preocupa. No tiene prácticamente capacidad operativa, pero sabemos que eso puede revertirse. Los actos de la 'kale borroka' son solo la prueba de que siempre va a haber radicales dispuestos a seguir las instrucciones de quienes les animan a seguir con la violencia. Hay que evitar, por tanto, que puedan recibir instrucciones en este sentido", concluyen.

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