Víctima denuncia que sacerdote chileno condenado por Vaticano oficia misas

  • Una de las víctimas de abusos sexuales cometidos en Chile por el sacerdote Fernando Karadima denunció hoy que el párroco ha seguido oficiando misas, a pesar de que el Vaticano lo condenó en 2011 a una vida de oración y penitencia.

Santiago de Chile, 20 feb.- Una de las víctimas de abusos sexuales cometidos en Chile por el sacerdote Fernando Karadima denunció hoy que el párroco ha seguido oficiando misas, a pesar de que el Vaticano lo condenó en 2011 a una vida de oración y penitencia.

Juan Carlos Cruz, uno de los cuatro denunciantes del sacerdote, publicó hoy en su cuenta de Twitter unas fotos en las que se puede ver a un religioso, presuntamente Karadima, oficiando una misa detrás de un altar.

"Sigo luchando, pero esto me violenta y me angustia. Es reírse de todos nosotros. Monstruo #Karadima en misa pública", escribió Cruz en la red social.

El Arzobispado de Santiago indicó hoy en un comunicado que las fotos publicadas corresponden al octogenario sacerdote y fueron tomadas en diciembre de 2013 por un visitante en la capilla de la casa de las Siervas de Jesús, el recinto donde permanece encerrado desde que fue castigado por el Vaticano.

La Iglesia chilena agregó que recopilará todos los antecedentes e informará a la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre el hecho.

El portavoz de la Conferencia Episcopal, Jaime Coiro, dijo a Radio ADN que Karadima podría incluso ser expulsado del estado clerical, una sanción disciplinaria más grave que la que pesa actualmente sobre el sacerdote.

Karadima, de 82 años, formó a cinco obispos y casi medio centenar de sacerdotes, ejerció su ministerio en la parroquia de El Bosque, en el acomodado distrito santiaguino de Providencia.

Tras declararlo culpable, el Vaticano lo sancionó a una vida de retiro en oración y penitencia, además de la prohibición perpetua del ejercicio público de cualquier acto del ministerio.

La Justicia chilena determinó que el religioso cometió los abusos contra cuatro feligreses entre 1981 y 1995, cuando tres de ellos eran menores de edad, aunque consideró prescritos esos delitos.

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