Dos guardias civiles, un concejal del PSN y otro del PP nos cuentan su vida en Alsasua

Alsasua. Municipio navarro de 7.000 habitantes en pleno valle de Sakana (Barranca) y uno de los bastiones nacionalistas en la comunidad foral. Geroa Bai gobierna gracias al apoyo de EH Bildu. En las afueras del pueblo, por una carretera secundaria, se ubica el puesto de la Guardia Civil, donde residen un grupo de agentes, algunos de ellos junto a sus familias. Dos de ellos han vuelto a ser noticia por la agresión que sufrieron en la madrugada del pasado viernes en una zona de copas.

Desde hace muchos años, guardias civiles y políticos de algunos partidos sufren el acoso de un grupo de vecinos que quieren que la Benemérita se marche de allí. Cada año se organiza un marcha en la que se reclama la expulsión de la Guardia Civil del pueblo. Portan maletas, representan a agentes como si fueran oficiales nazis e incluso se permitió que un doble del Rey Juan Carlos pronunciara unas palabras desde el balcón del ayuntamiento a un doble del Rey don Juan Carlos. 

Ahora ETA ya no asesina, pero guardias civiles agentes y políticos siguen siendo perseguidos. Lainformacion.com ha recogido el testimonio de varios de ellos.Hablan dos agentes de la Guardia Civil

Dos agentes de la Guardia Civil se han prestado a colaborar. Uno de ellos es Manuel (nombre ficticio), actualmente destinado en Alsasua. Otro es Ramón (nombre ficticio también, ya jubilado y que ha estado destinado 27 años en este valle navarro).

Habla el primero, Manuel: "Muchos de nosotros no queremos salir del cuartel y cuando lo hacemos vamos a un bar fijo. Sabemos que hay locales donde no podemos entrar porque al igual que nosotros les conocemos (a los violentos) ellos también nos conocen". Y añade: 

¿Quiénes son los que acosan a la Guardia Civil? "Son un grupo de pelagatos. Los que celebran el Ospa Eguna". Les gritan fuera de aquí e incluso tiran muñecos de guardias civiles atados a globos de helio. Este agente recuerda cómo hace unos años intentaron asaltar el cuartel de Alsasua.

Ramón ha estado casi tres décadas patrullando por Alsasua. Afirma que siempre que salía del puesto iba con su pistola, "hasta para comprar el pan". Relata que para ir a la panadería lo que han solido hacer en algunos tiempos es ir 5 ó 6 agentes y quedarse 3 en la puerta para vigilar que no pasara nada.

Le han llamado "txacurra" (perro), le han pintado insultos en la matricula del coche e incluso le han tirado un adoquín desde un puente contra el vehículo patrulla. La gran piedra reventó la luna blindada. 

Este agente cuenta también cómo los hijos de guardias civiles han sufrido insultos o agresiones en el colegio "por ser hijos de". O cómo un día se encontró en el exterior del cuartel unas velas con la palabra RIP. 

Sobre los bares a donde suelen ir ambos agentes explican que solo pueden frecuentar unos lugares concretos. No se les ocurre meterse en una zona de copas repleta de abertzales. Citan locales como el pub Gernika o el Oasis como sitios que no pisan. El testimonio de dos políticos, uno de ellos con escolta a día de hoy

Juan Miguel Pérez Hurtado es concejal del Partido Socialista de Navarra (PSN) en Alsasua. Tuvo escolta en su día, le pintaron el coche, le intentaron agredir... Tampoco se ha librado del acoso. Incluso afirma que todavía le ponen mala cara cuando entra en algunos locales. Asegura, no obstante, que desde que ETA cesó su actividad armada la situación se encuentra más normalizada.

El edil socialista explica que el Ospa Egua en un acto "insultante" para la Guardia Civil, pero matiza que se trata de un grupo minoritario de vecinos.

Más dramático es el testimonio de Juan Antonio Estremera, concejal del PP en el municipio de Etxarri-Aranatz. Hay dos ediles populares por los 9 de EH Bildu. Todavía tiene escolta para salir a la calle porque, dice, aun "hay gente que quiere pegarme una paliza". "Se les ve el odio en los ojos".

Por la zona, afirma, se mueve Valentín Lasarte, uno de los asesinos de Gregorio Ordóñez. Discrepa con su colega socialista: "No hay normalidad. Aunque ETA no mata todavía hay mucho miedo", explica este concejal que vive en Pamplona y al que en febrero de 2014 le enviaron una carta con una bala de 9 milímetros.

Hace unos años recibió insultos de todo tipo por defender una Navarra foral y española en un pleno del ayuntamiento. El consistorio preguntaba a los vecinos si quería ser ciudadanos de Euskal Herria. Y pasó esto:

El ayuntamiento de Alsasua no ha querido hacer declaraciones para esta información. Fuentes de la izquierda abertzale sí han negado que hubiera una agresión a los dos guardias civiles y han llamado la atención sobre el hecho de que no hayan interpuesto ninguna denuncia.