Cifuentes antes de ser Cifuentes: así se ha forjado la lideresa que acabó con Aguirre

  • Cristina Cifuentes saltó al panorama nacional cuando fue nombrada en 2012 delegada del Gobierno en Madrid, pero ya llevaba mucho tiempo en política.

    Su actividad en redes sociales, sus intervenciones en tertulias de televisión y su perfil antiaguirrista llevaron a que el equipo de Rajoy se fijara en ella.

Cifuentes antes de ser Cifuentes: así se ha forjado la lideresa que acabó con Aguirre
Cifuentes antes de ser Cifuentes: así se ha forjado la lideresa que acabó con Aguirre

"El tiempo de los corruptos ha llegado a su fin en la Comunidad de Madrid". Con esta frase, pronunciada el pasado lunes en la recepción del 2 de mayo, Cristina Cifuentes ha marcado un antes y un después en el PP de Madrid. La sucesora de Esperanza Aguirre será recordada porque, gracias a ella, se ha puesto fin al aguirrismo en la capital, una corriente que ha dado serios quebraderos de cabeza a Rajoy en otros tiempos. Cifuentes, o Cristina, como le llaman en el PP, no deja indiferente a nadie. O gusta o es odiada, pero ella va por libre y no tiene reparos en hacer o decir lo que le parece.

Cuesta trabajo bucear en el pasado de Cifuentes. Aunque lleva desde los años noventa en política, no es fácil encontrar a algún dirigente del PP que hable sobre ella en primera persona. Está afiliada en el distrito de Moncloa-Aravaca y comenzó a trabajar como asesora de Alberto Ruiz-Gallardón en la oposición en la capital. Todos los miembros de su entorno consultados coinciden en señalar que su salto a la esfera pública nacional se produjo en enero de 2012, cuando Rajoy echó mano de ella para nombrarla Delegada del Gobierno en Madrid. Pero antes de ser Cifuentes, era Cristina, y la historia de cómo llegó hasta arriba es bastante peculiar.

Está casada con Francisco Javier Aguilar desde hace casi 30 años y tiene dos hijos. A pesar de ser hiperactiva, laboralmente hablando (ella dice que es "muy trabajadora"). Puede pasarse hasta altas horas de la noche hablando con sus colaboradores o respondiendo a una entrevista en su tablet, pero poco se conoce de su vida privada ya que es muy celosa de su intimidad. En una reciente entrevista con Risto Mejide dio la vuelta a las preguntas y en lugar de hablar de ella terminaron contando detalles de la vida privada del presentador.

Antes de ser Cifuentes, Cristina estuvo en la ejecutiva del PP madrileño (secretaria ejecutiva Territorial) con Esperanza Aguirre y Francisco Granados (hoy en prisión provisional) como máximos dirigentes. Fue en esos años cuando comenzó a fraguar un perfil público a nivel autonómico. Comenzó a interactuar con gran intensidad en las redes sociales y se dejó ver por tertulias de televisión. Era diputada rasa (llegó a la Asamblea en el 91) y se dejaba ver por diferentes programas de Intereconomía TV, como 'El Gato al Agua', 'Más se perdió en Cuba' y 'Otro gallo cantaría'.

Es, precisamente, ese perfil público el que provocó que en el equipo de Rajoy la echaran el ojo. Fue María Dolores de Cospedal, que había sido consejera de Transportes en Madrid, quien puso su nombre encima de la mesa para ficharla cuando el PP de Rajoy llegó a La Moncloa. Querían que se rodase en un cargo de responsabilidad con el objetivo, ya en mente, de acabar con el aguirrismo, que no traga a Cristina. A Cifuentes se le vio siempre como un contrapeso a Esperanza Aguirre, que había lanzado y perdido un órdago a Rajoy en el Congreso de Valencia de 2008. Ella fue la elegida para erosionar al núcleo de poder que aglutinó la dimitida concejala del Ayuntamiento de Madrid durante años. 

Cifuentes luce cinco tatuajes y no tiene reparos en reconocer que el accidente de moto que sufrió en 2013 en el Paseo de la Castellana le cambió la vida. Estuvo grave y cuando se recuperó prometió a los suyos que no volvería a circular en dos ruedas. A partir de ese momento empezó a valorar el día a día de otra manera. Dos momentos más fueron especialmente duros para ella. El primero, la ruina económica en la que se encontró su marido, arquitecto, y que les obligó a pasar serias estrecheces familiares. Cuenta que desde entonces se han quedado sin vacaciones. Otro: la pérdida de su padre, en 2015.

Cristina, ya convertida en Cifuentes, siempre se ha rodeado de un equipo de fieles que le han acompañado y lo siguen haciendo. Destacan Ángel Garrido, Jaime González Taboada o Pedro Rollán, todos ellos consejeros del Gobierno de la Comunidad de Madrid. Son sus escuderos, los 'sorayos' de la lideresa que llevan el día a día del Ejecutivo autonómico. Pero para comprender mejor su imagen pública es necesario mencionar a Marisa González, jefa de gabinete y directora de comunicación. Ella es quien la ha impulsado y proyectado en medios de comunicación y otros ámbitos de poder como hizo con su antiguo jefe, el que fuera alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón.

El futuro de Cifuentes aún no está escrito pero ya se ha convertida en una seria candidata a liderar el postmarianismo. Quizá eso es lo que ha provocado que su nombre genere algún recelo entre algunos miembros del Gobierno, que la ven con una ambición imparable. Cristina ya no es esa joven que se presentó en las listas de Alianza Popular a las Europeas del 89 en el puesto 57. Ahora es presidenta del PP de Madrid, el más potente, gana elecciones, gobierna y ha sabido acabar con una etapa relacionada con la corrupción. 

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