El Comité más duro de la historia del PSOE acaba con Pedro Sánchez ¿y con Susana?

  • Once horas y 26 minutos han sido necesarios para certificar la crónica de una muerte anunciada, la de Pedro Sánchez tras perder la votación del Comité Federal para celebrar un Congreso por 132 votos contra 107. Antes media Ejecutiva había dimitido.

    En el Comité Federal más duro de la historia del PSOE hubo gritos, llantos, tensión, insultos y finalmente la caída de Sánchez. Ahora una gestora decidirá su futuro con Javier Fernández para dirigirla y una Susana Diaz que sale muy tocada.

Pedro Sánchez se despide ofreciendo su lealtad a la Comisión Gestora que salga del Comité Federal
Pedro Sánchez se despide ofreciendo su lealtad a la Comisión Gestora que salga del Comité Federal
EUROPA PRESS
M.T.

"Llorando". Así han salido miembros del Comité Federal del PSOE tras las 24 horas más duras de la historia reciente del partido. No hubo consenso sino una guerra total de más de 11 horas en las que hubo vencedores, vencidos y muchos heridos.

Sánchez cayó al final, obligado a dimitir tras perder la votación para llevar a cabo un Congreso Extraordinario, su idea, por 132 votos contra 107. Podía creerse que era la crónica de una muerte anunciada desde que Felipe dijo aquello de me mintió, pero Sánchez se atrincheró durante horas.

Han sido unos días en los que los daños colaterales han sido enormes, pero este 1 de octubre será recordado por todos los socialistas y ciudadanos españoles como el día que el PSOE se abrió en canal ante los ojos de todos. El PSOE es hoy un partido roto al que le costará mucho cerrar las heridas. En el Comité hubo gritos, llantos , insultos, acusaciones de pucherazo, manifestantes en Ferraz llamando traidores a sus propios compañeros de partido. Un drama total.

Todo empezó a las nueve de la mañana. Reuniones en pasillos, en corrillos, cigarro en mano, caras tensas, mientras en la calle poco más de cien personas apoyaban a Pedro gritando contra los críticos, a los que abucheaban e increpaban al llegar a Ferraz. Dentro la tensión era mayor. Nadie cedía. Todo un partido centenario no se ponía de acuerdo sobre qué votar, quiénes podían votar y cuándo. Las discusiones se sucedían y los ánimos se caldeaban.

Empezaron entonces las reuniones entre Borrell, con cara de ¡no me lo puedo creer!, Madina, Iceta y Susana. No había soluciones y la tensión aumentaba. Los críticos no reconocían a Sánchez como secretario general y pedían una gestora. Los fieles a Sánchez querían votar su hoja de ruta  a toda costa, incluso incorporando a la nueva ejecutiva dimitida. Los criticos querían que el Comité de Garantías aprobara una gestora. Pasan las horas y el Comité no avanza. Una paella se pone en la calle para que los periodistas coman. Las caras son largas, tristes, pesarosas. El PSOE está roto.

La tensión seguía subiendo. Era tal, que Verónica Pérez, autodenominada "única autoridad" del PSOE, intentaba hablar mientras Rodolfo Ares le quitaba el micro. Las voces aumentaban el tono. Llegaron los gritos y los insultos cuando los fieles a Sánchez quisieron votar en urnas y bajo secreto un nuevo Congreso Extraodinario y Primarias para elegir al secretario general . Pucherazo se oía en Ferraz, qué sirvergüenzas, un caos total. Hasta tal punto llegó la tensión que Tapias, fiel a Sánchez, salió a la calle para decir a los periodistas que la votacion se había paralizado porque era anómala. Pucherazo la llamaron otros. "Este partido está partido en dos", decía desolado.

Los críticos reaccionan e intentan llevar a cabo una moción de censura. Logran las firmas, y cuentan votos. El equipo de Sánchez lo rechaza porque no está en la orden del día, pero los críticos ya saben que cuentan con mayoría. Sánchez pide votar una gestora en el último segundo, pero Susana Díaz, que según algunos rumores ha llegado a llorar durante el Comité, dice no. Ahora da luz verde para votar la celebración de un Congreso pero a mano alzada. 

Mientras en la calle la tensión también sube y hay escraches contra algunos críticos a Sánchez, aunque todo el que pasa por la calle recibe un aluvión de insultos. La sangre no llega al río. Y la votación acaba con Sánchez por 132 votos contra 107. Sánchez no puede hacer más y dimite. Se despide con una frase: "Hoy más que nunca hay que estar orgulloso de ser del PSOE. Ha sido un honor. Esta ejecutiva servirá al PSOE de forma leal". Reconoce que su liderazgo habíasido  puesto en cuestión, y que después de mucho debate y mucho acaloramiento" decide dimitir".

En la calle sigue los gritos, pero en Ferraz reina el silencio, el cansancio y la vergüenza. Una gestora se hará cargo del partido bajo la dirección de Javier Fernández. Su nombre también suena fuerte para dar un paso más y ser secretario general, aunque él no parece muy por la labor y no es diputado. Susana Díaz ha sufrido muchos daños colaterales hoy, se ha lanzado contra Sánchez tal vez temiendo que este tuviera más avanzado que nunca ese gobierno Sanchezstein que muchos no quieren en el PSOE. Otros ,en cambio, lo que no quieren es abstenerse ante Rajoy. 

La ambición de Pedro, las dos almas del PSOE y la falta de tacto para acabar con el secretario general han llevado al PSOE al abismo, a Pedro a la dimisión y ha dejado a Susana Diaz tocada. ¿Se soluciona con el adiós de Sánchez la división? No lo parece. Se oirán palabras pero en esta batalla sí ha habido vencedores y vencidos, se han creado nuevas cuitas y se esperan venganzas. Así es la política. A Sánchez le han obligado a irse su inmovilismo, sus malos resultados... y los mismos que le ayudaron a ser secretario general. Su aventura ha durado poco, pero la brecha en el PSOE puede tardar años en curar. Es la tarea más urgente del próximo secretario general al que tendrán que dejarle hecho otro encargo: formar gobierno. La abstención está hoy más cerca. El futuro del PSOE, no se sabe.

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