El PSOE sabe que están viviendo las horas más difíciles de su centenaria historia. No se recuerda nada igual desde Suresnes, cuando González logró dar un golpe de timón a la ideología del PSOE convencido de que con el marxismo nunca se podría llegar al poder.
Nicolás Redondo, con el que luego tuvo un gran enfrentamiento que separó a UGT del PSOE, apoyó a González, pero este antes dimitió. Ahora el PSOE también debe decidir su futuro. Aunque antes hay un sector que quiere que el secretario general no sea Sánchez. La gestora seria dirigida por Javier Fernández, una de las personalidades que han ganado enteros dentro del PSOE.
Los corrillos han sido elocuentes. Borrell es una de las personalidades que más están trabajando para cerrar acuerdos. Muy crítico con las formas de Susana ha charlado largo y tendido con Madina, el que pudo ser y no fue secretario general. Paradójicamente no lo fue porque se le consideraba más izquierdista y menos moldeable. Iceta y Susana Sánchez también han charlado en privado, aunque han sido captados por las cámaras. Iceta ha sido un firme defensor de Sánchez.
Los rebeldes quieren que Sánchez deje de mandar. Page, Vara, Puig, Fernández, Díaz, que gobiernan, quieren que se forme ya un gobierno, les conviene para gobernar. Otros, que no gobiernan, no tienen prisa. Y esa es una de las claves. "Los hay que no gobiernan y tienen tiempo para esto, pero los que gobernamos tenemos una responsabilidad", es lo que comentan. Una parte del PSOE quiere debatir Rajoy sí o no, el resto quiere primero que Sánchez deje de ser secretario general. En los corrillos se intenta aunar una posición. Pero alguien perderá. La crisis sigue abierta.
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