Gana quien hundió al PSOE y promete cargarse mucho más: Pedro Sánchez

  • Las leyes de la física son inmutables, pero las de la política son inexplicables. Muchos no se explican que Pedro Sánchez, que hundió al PSOE, sea ahora secretario general.

    Está por ver si es capaz de unir al PSOE con el mismo programa que lo desunió. Y habrá que ver qué entiende por España 'plurinacional' o representar a "toda la izquierda".

Pedro Sánchez se compromete a construir el "nuevo PSOE de los militantes" con unidad
Pedro Sánchez se compromete a construir el "nuevo PSOE de los militantes" con unidad
EUROPA PRESS
Carlos Salas

Las leyes de la física son inmutables, pero las de la política son inexplicables. Muchos no se explican que Pedro Sánchez, el secretario general que hundió al PSOE hasta conseguir los peores resultados de su historia, el mismo que dimitió y luego se presentó de nuevo, sea ahora secretario general.

Pero hay que buscar las causas que se han unido para tamaño suceso. La primera es el propio Pedro Sánchez, que dejó al PSOE tan débil, que la única estrategia que le quedaba al partido para sobrevivir sin ser devorado por Podemos (que le soplaba en la nariz en las elecciones) era impedir que hubiera otras elecciones inmediatas. Ganar tiempo. Sánchez había obtenido 85 diputados en junio de 2016, solo 14 más que Unidos Podemos. Una distancia que se iba achicando con cada elección.

Otras elecciones inmediatas habría sido un desastre para el PSOE, porque –durante el verano–, las encuestas ya daban a Podemos por encima de ellos. La única salida para el PSOE era taparse la nariz y permitir que Rajoy fuera nombrado presidente. Con su abstención, el PSOE permitió que Rajoy fuera presidente.

Este gesto ya tocó la moral de muchos militantes del PSOE: ¿Pactar con el enemigo? ¡Traición! Y su rabia fue creciendo a medida que han ido saliendo casos de corrupción como el del ex presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, viejo militante del PP.

“O sea”, se decían los militantes socialistas más cabreados, “hemos apoyado al PP para que llegue al poder, y resulta que son incluso más corruptos de lo que pensábamos”.

Se olvidaron de sus propias manchas, como el mayor caso de corrupción política de este país que son los EREs en Andalucía. Pero cuando uno está cabreado, eso da igual. El caso es que el número de militantes del PSOE que quería dar un golpe de timón y dejar de hacer la pelota al PP, iba en aumento. Pedro Sánchez, a quienes muchos le dábamos por muerto políticamente, aprovechó ese momento emocional y se presentó de nuevo a las elecciones primarias de su partido. Era la hora de su venganza.

Como la memoria política es como los aficionados de los partidos de fútbol, es decir, no existe, Pedro Sánchez fue cosechando apoyos y al final, ganó.

La incógnita que se abre ahora es qué va a hacer. Y desde luego, puede hacer mucha pupa. Para empezar, dividir más al partido, lo cual se ha notado en las primarias. Están partidos por la mitad. ¿Será capaz de unirlo con el mismo proyecto que les desunió? Y para continuar, puede no apoyar al PP en cualquier iniciativa legislativa en el Congreso.

Recordemos que el PP no tiene la mayoría. Cuando llegó al  poder tras las elecciones de junio, logró aprobar varias leyes con el apoyo del PSOE como la subida del salario mínimo.

También retiró la Ley de Educación, la Ley Wert, y negociar otra con el PSOE y los demás grupos. Pero si ahora el PSOE no lo apoya más, y el PP no logra superar el mínimo para aprobar cualquier ley, es posible que se convoquen nuevas elecciones. Y las cosas han cambiado en pocos meses: según las encuestas, el PP no tiene los mismos apoyos que el  26-J debido a los casos de corrupción. El PSOE en cambio está subiendo (y tras estas primarias, aún más), mientras que Unidos Podemos cae.

¿Una alianza Unidos Podemos con el PSOE para desbancar al PP? El programa de Pedro Sánchez tenía dos puntos clave:  una “España plurinacional” y pactar iniciativas de acción para “desarrollar una democracia avanzada en lo político y en lo económico y que haga progresar la justicia social".

Una España plurinacional es apoyar los referéndums independentistas. Y una “democracia avanzada” puede ser aliarse con más fuerzas de izquierdas.

Para evitarlo, el PP tendrá que seguir pactando con Ciudadanos, los nacionalistas vascos y los canarios. Así logró aprobar el primer trámite de los Presupuestos Generales. Pero en compensación, ha tenido que ceder en las negociaciones sobre el Cupo Vasco, y dará más dinero a Canarias.

Estamos hablando de gobernar por los pelos. Basta que cualquiera de esos grupos se niegue a apoyar al PP, para que este país sea ingobernable y se fuercen otras elecciones. Y eso podría suceder antes de diciembre. Sería el castigo merecido al PP por los casos de corrupción. Sin duda. Pero también un castigo para España, porque el país está saliendo de una crisis, se están recuperando los puestos de trabajo, y es la economía que más crece de la UE.

Quizá me adelanto mucho a los hechos. Pero en unas nuevas elecciones, una alianza de la izquierda podría rozar el poder. Mejor dicho, conquistarlo. Y lo que pase después sí que es una incógnita respecto a Cataluña, el País Vasco, la economía y al país entero.

Uno de los primeros en felicitar a Sánchez fue Iñigo Errejón, de Podemos: “Hay que estar a la altura”, le dijo.  Minutos después, Sánchez dijo que el PSOE era “el partido de toda la izquierda”. Luego añadió que ponía “rumbo a La Moncloa”. Los militantes corearon La Internacional. 

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