Ni Rajoy ni Fernández quieren nuevas elecciones: habrá Gobierno

Fernández (PSOE) da por hecho la "disciplina" de los diputados socialistas ante la decisión del Comité Federal
Fernández (PSOE) da por hecho la "disciplina" de los diputados socialistas ante la decisión del Comité Federal
EUROPA PRESS
José Luis Roig / @joseluisroig

Mariano Rajoy ha tomado una decisión: preferir un Gobierno minoritario en mano, que un Gobierno con más apoyos volando en terceras elecciones. El presidente en funciones no se ha dejado llevar por la codicia electoral -los cantos de sirena de las encuestas le auguraban un resultado cercano a la mayoría absoluta-, y está dispuesto a optar por la sensatez de Estado para lograr la abstención del PSOE. Lo que se traduce en no poner peros ni exigencias a la decisión socialista.

Mariano Rajoy y Javier Fernández, el nuevo director interino de la desafinada orquesta socialista, son hombres de pocas palabras. Sin embargo, ya han empezado a dialogar, porque el tiempo apremia, el plazo del 31 de octubre se reduce cada vez más y queda mucho por hacer, entre otras cosas que el comité federal tome una decisión definitiva, que pasará por evitar unas nuevas elecciones.

Tras la borrachera populista, en España se echa de menos una buena dosis de sentido común, y el PSOE (o lo que queda de él) intentará recuperar ese perdido centro izquierda que tantos éxitos le dio antaño, cuando no jugaba a parecerse a Podemos.El PSOE (o lo que queda de él) intentará recuperar ese perdido centro izquierda que tantos éxitos le dio antaño, cuando no jugaba a parecerse a Podemos

Permitir un Gobierno del PP no es entregarse a Rajoy, ni tan siquiera significa apoyarle. Es simplemente permitir que este país empiece de nuevo a funcionar con cierta normalidad. En España hay mucho rencor ideológico que conduce a que no pocos sectarios guerracivilistas prefieran quedarse ciegos para que el otro se quede tuerto.

Pero Rajoy es un viejo zorro que sabe más por veterano y gallego que por sabio, y no ignora que el hartazgo social y financiero que provocarían otras elecciones podrían destrozar el hipotético rédito de aumentar el número de escaños. La estabilidad no sólo se consigue en las urnas con mayorías absolutas, también pactando y gobernando con responsabilidad.Rajoy no ignora que el hartazgo social y financiero que provocarían otras elecciones podrían destrozar el hipotético rédito de aumentar el número de escaños

El problema que tenía Rajoy hasta la fecha era Pedro Sánchez, un hombre cegado por su ambición y castrado por su partido que no tenía muchas alternativas de futuro, y además eligió las más caóticas, entre ellas pactar con independentistas. Ahora, Rajoy tiene delante a un hombre con el que puede hablar y entenderse, y lo único que necesitan ambos es que se les deje trabajar con cierto clima de “racionalidad”.

Las circunstancias nacionales y las urnas imponen una “cultura de pacto”, que a la larga puede ser muy beneficiosa para España si viene propiciada por el sentido de Estado y el bien común. Una buena parte de los socialistas están  convencidos de que la mejoría del partido pasa por cambiar de estrategia, por negociar y negociar duramente con el PP, y dejar que sean los de Podemos los que se queden aislados, sin nada que aportar a la vida política, salvo sus pataletas populistas y destructivas del no es no. No ha sido fácil, pero antes de que acabe octubre tendremos investidura, y esta vez los socialistas no la frustrarán.

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