Los secretos de Jordi Sevilla: de los contactos secretos con Podemos a la doble cara de Pablo Iglesias

  • Jordi Sevilla, que fue miembro del equipo de Pedro Sánchez en el PSOE, desvela en su nuevo libro claves hasta ahora desconocidas de su etapa en Ferraz.

    Relata cómo fueron los contactos secretos con Podemos, por qué Pablo Iglesias parecía Dr. Jekyll y Mr. Hyde, cómo fue el documento que elaboró sobre una abstención y el papel sobre Cataluña.

Los secretos de Jordi Sevilla: de los contactos secretos con Podemos a la doble cara de Pablo Iglesias
Los secretos de Jordi Sevilla: de los contactos secretos con Podemos a la doble cara de Pablo Iglesias

"La política es Maquiavelo: el arte de conseguir y de mantener el poder", escribe Jordi Sevilla en su libro 'Vetos, pinzas y errores'. ¿Por qué no fue posible un gobierno del cambio?' (Deusto), que sale a la venta este martes. En él, el que fuera asesor de Pedro Sánchez durante su etapa en la secretaría general del PSOE desvela claves hasta ahora desconocidas del año que España ha estado sin Gobierno.

Lainformacion.com ha realizado una selección de las revelaciones más importantes de Jordi Sevilla, que fue testigo privilegiado de todo lo que sucedió en el PSOE:

- El porqué del "hemos hecho historia, hemos hecho presente y el futuro es nuestro" que pronunció Sánchez la noche del 20D.

Sevilla explica que tras las primeras elecciones hubo cuatro hechos incontestables: el PSOE obtuvo con 90 escaños el peor resultado de la historia del partido, hubo un vuelco total al panorama político español (pero el PP salió más perjudicado que el PSOE puesto que perdió 63 escaños), el resultado del PSOE fue mejor de lo que predecían las encuestas y, por último, no iba a haber mayorías. En esas circunstancias se explica el "hemos hechos historia" que pronunció Sánchez porque hubo una "coalición de muchos intereses" que intentó hacer desaparecer al PSOE. Cita a Podemos como parte de esa coalición.

- Presiones para que el PSOE pactar con el PP

Sevilla presentó a Sánchez en enero de 2016 un informe sobre la situación política en el que concluía que el objetivo del PSOE debería ser: "Conseguir una investidura de su candidato a la Presidencia del Gobierno a partir de un acuerdo amplio y plural en la Cámara que reflejara la transversalidad que requieren los desafíos del momento" y "conseguir un acuerdo de legislatura para que el Gobierno que se forme puda gobernar de acuerdo con el programa pactado". Es decir, Sevilla invitaba a Sánchez a intentar la investidura.

Pero era el momento de que Mariano Rajoy lo intentara primero. Jordi Sevilla reconoce presiones de los grandes empresarios para que el PSOE dejara gobernara al PP: "Yo mismo recibí varias llamadas de importantes empresarios de este país para apoyar la idea", desvela. Sin embargo, el Comité Federal del PSOE decidió decir "no" a Rajoy y "a cualquier candidato del PP". Así, Sánchez acudió el 23 de diciembre a La Moncloa con todo el apoyo de la ejecutiva del PSOE y de los barones para rechazar al líder del PP. Ni siquiera se tomó el café que le ofrecieron.

Sevilla desvela también una reunión del presidente del Círculo de Economía de Barcelona con Rajoy y Sánchez, por separado, para decirles que lo mejor era un acuerdo entre ambos. Sin embargo, el Círculo de Empresarios de Madrid alertó que un acuerdo PP-PSOE con el apoyo de Ciudadanos favorecería a Podemos, ya que sería el único partido de la oposición.

- Las continúas trabas de Pablo Iglesias

Jordi Sevilla relata en su libro cómo Pablo Iglesias chafó en varias ocasiones la posibilidad de echar al PP del Gobierno y formar un "Gobierno progresista". Sánchez acuñó esta frase tras un viaje a Portugal. El secretario general del PSOE preguntó a Jordi Sevilla su opinión. La respuesta: "De acuerdo, siempre que consideres a Ciudadanos como progresista y no lo circunscribamos solo a Podemos, que lo es bien poco".

La primera traba que puso Iglesias al PSOE fue la de exigir la convocatoria de un referéndum en Cataluña para poder formar Gobierno. Fue el primer portazo de Podemos al PSOE. 

- Podemos o Ciudadanos

En enero había una discusión en el PSOE sobre si pactar con Podemos y buscar el apoyo con Ciudadanos o pactar con Ciudadanos y buscar el apoyo de Podemos. Se impuso la segunda opción cuando Iglesias lanzó un órdago a Sánchez en forma de exigencias justo después de la audiencia que tuvo con el Rey en Zarzuela. Quería ser vicepresidente y controlar varios ministerios de Estado. Así cuenta Sevilla ese órdago: "Todavía recuerdo la cara que se nos quedó a los miembros del equipo de Pedro tras escuchar estas imposiciones unilaterales e insultos en una rueda de prensa, mientras Sánchez estaba reunido con el rey y no podíamos hacerle saber la noticia". Estalló entonces un "tsunami de enfado en las filas socialistas" con Iglesias. Ahí se rompió cualquier posibilidad de acuerdo con Podemos.

- Contactos secretos del PSOE con Podemos

Jordi Sevilla revela la existencia de contactos secretos del PSOE con Podemos. Pedro Sánchez y su equipo negociaron en secreto con Podemos tras firmar el pacto con Ciudadanos. Hubo una comisión negociadora. Rivera aceptó que PSOE y Podemos hablaran siempre y cuando esos contactos fueran privados y no se hicieran públicos. Sánchez llegó a pensar en un Gobierno tripartito, pero sus dos potenciales socios lo rechazaron.

Lo que se negoció fueron unas diez o doce exigencias concretas para tener apoyo en la investidura a cambio de algunas contrapartidas programáticas y quedarse en la oposición para condicionar desde el Parlamento a un gobierno necesitado de apoyos para sacar adelante las leyes. Hubo varias reuniones, siempre por separado con Ciudadanos y Podemos. El PSOE llegó a acuñar la frase de que estaban más cerca de "un Gobierno del cambio". 

Sin embargo, Iglesias dijo unas cosas a Sánchez en privado y otras en público, en la rueda de prensa. Sevilla compara al líder de Podemos con un doctor Jekyll amable en privado y un míster Hyde en público. Dice que jugó "a la esquizofrenia". El acuerdo tripartito estaba roto.

"Si Pedro hubiera querido ser presidente a cualquier precio, le hubiera bastado con aceptar las condiciones de Iglesias y 'la sonrisa del destino' le hubiera llevado a la Moncloa", deja claro Sevilla.

- Pedro se aísla en Ferraz

Pedro cambió de estrategia tras las elecciones del 26J. "Dejamos de ser un equipo" y Sánchez comenzó a verse por separado con cada uno de sus asesores. Sevilla le dijo que iba a ser muy difícil resistir la presión en favor de facilitar un Gobierno del PP. Propuso incluso una rueda de prensa conjunta con Albert Rivera para poner precio a la investidura del PP y que si ese precio fuera que Rajoy no fuera el candidato el PSOE al menos podría defender ante sus militantes y electorado una victoria. Sánchez le respondió que no le gustaba la idea de interferir en la vida interna de otro partido.

Pedro le dijo que estaba escuchando a mucha gente y que se inclinaba por mantener el "no". Esperaría a que Rajoy buscara mayorías conservadoras en el Congreso porque la abstención socialistas iba a ser "muy complicada" por el rechazo entre militantes y votantes y porque ningún dirigente del partido se había pronunciado en ese sentido.

- Comienza el ruido contra Pedro

Sevilla elaboró un segundo informe interno en el que advirtió a Sánchez que una abstención del PSOE a una investidura de Rajoy sería la solución más polémica. Fue la que finalmente se adoptó.

En el 9 de julio el PSOE se dividió. Nadie habló de abstención en el Comité Federal celebrado ese día, pero fue Guillermo Fernández Vara quién abrió el debate sobre qué hacer si Rajoy fracasaba. Sevilla cuenta que "este Comité tuvo más importancia de lo que pareció en su momento, pues las espadas que acabarían cayendo sobre la cabeza de Sánchez tres meses más tarde ya estaban claramente afiladas y alienadas en todo lo alto".

- Sánchez: ¿abstenerse? 

Sánchez encargó entonces a Sevilla y a José Enrique Serrano un papel "donde se definieran las condiciones para una eventual negociación del PP de nuestra abstención". Es decir, valoró la posibilidad de abstenerse, pero dijo que solo quería "tenerlo preparado para el caso, improbable, de que fuese necesario recurrir a él". Ambos asesores elaboraron un documento en el que se concretaban algunas peticiones.

Tras aceptar Rajoy la investidura Sánchez se enrocó en el "no es no" de nuevo y argumentó a Sevilla que "abstenernos equivalía a engrosar el número de votos de Podemos con votantes socialistas cabreados". Sánchez le relató en una conversación privada a Sevilla que Rajoy no solo quería la abstención, sino que demandaba el apoyo de los socialistas para aprobar al menos dos Presupuesto y cumplir con las exigencias de Bruselas.

- Los barones se rebelan

En la primera investidura fallida de Rajoy, Sánchez se esforzó en argumentar muy bien su 'no'. Pero los barones comenzaron a subir el diapasón. Ya fueron Lambán, García-Page y Puig quienes se sumaron a la petición de revisar la postura negacionistas. La revuelta interna estaba creciendo. 

Pero de forma paralela las encuestas comenzaron a pronosticar una mejora del PSOE si hubiera terceras elecciones. Sevilla habla que en esos días hubo "incomunicación" de Pedro con otros dirigentes y con su equipo más cercano, lo que contribuyó a generar "enfrentamientos por desconfianza mutua". Sánchez llevó en silencio sus contactos y apartó a sus antiguos colaboradores.

- Reunión con Pallete en Telefónica

Cita con José María Álvarez-Pallete en Telefónica. Pedro le contó a Sevilla una mañana que estuvo en la sede de la multinacional. Así lo relata: "Me sorprendió que no me hubiera dicho nada porque yo solía acompañarle a ese tipo de contactos y, ante mi queja, recuerdo que insistió en que había sido algo protocolario, solo para conocerse". 

- ¿Una solución para Cataluña?

Sevilla le dijo a Pedro que no pactara con Podemos, la antigua CiU y ERC. En ese momento una persona de la dirección federal del PSOE redactó el documento titulado "Propuesta a los Grupos Parlamentarios para un Gobierno del cambio". En el punto 9 se incluía "una solución para Cataluña". Planteaba "la firme voluntad de convertir el diálogo en el instrumento para plantear propuestas y resolver conflictos". Añade Sevilla: "Por la información de la que dispongo a día de hoy, este texto, que puede considerarse razonablemente dentro de la posición oficial del PSOE, jamás fue algo más que una propuesta personal, que nunca se discutió ni traspasó la sede de Ferraz, ni sirvió para una negociación afectiva". 

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