Luis Garicano (C's): “Lo que propone Podemos crearía un caos económico en España”

  • El cerebro económico de Ciudadanos desvela a lainformacion.com qué le dijo a Pablo Iglesias a la cara en la reunión a tres y habla de cuánto le cuesta a España que no haya Gobierno.

    Garicano afirma que la hucha de las pensiones corre serio peligro y que Cristóbal Montoro no estaría en su puesto si trabajara en una empresa privada.

Luis Garicano (C's): “Lo que propone Podemos crearía un caos económico en España”. / José González
Luis Garicano (C's): “Lo que propone Podemos crearía un caos económico en España”. / José González
Fernando H. Valls

Luis Garicano es uno de los economistas españoles más prestigiosos. Trabajaba en la London School of Economics y ganaba, parece ser, un dinero (aunque no ha confesado cuánto). Pero hace algo más de un año decidió pedir una excedencia en el prestigioso centro financiero británico y meterse en política de la mano de Ciudadanos, para ser su cerebro económico. Ahora gana menos.

Pero quiere cambiar el país, de ahí que Albert Rivera le haya elegido como uno de los líderes del equipo negociador. La palabra "reformas" no se le va de la boca. Un detalle que llama la atención de él es que tiene claro qué hay que hacer en España para mejorar la situación. Dice que la clave está en la (poca) educación que tenemos.

Garicano se sitúa en las antípodas de Podemos y destroza sus recetas, como la de sus amigos de Syriza en Grecia. Dice que cada día que sigue Rajoy en el Gobierno nos cuesta una pasta a los españoles. Recibe a lainformacion.com en la terraza de El Espejo, un céntrico restaurante de Madrid, y desvela qué le dijo a Pablo Iglesias a la cara en la fallida reunión a tres.

¿Cuáles serían las tres primeras medidas de Luis Garicano si fuera ministro de Economía?

Yo siempre he dicho que los principales problemas de España no son económicos en el sentido más estricto. Mis tres prioridades serían, en primer lugar, la regeneración y la lucha contra la corrupción. Aquí yo diría que lo más importante son introducir medidas de protección de los denunciantes. La segunda sería en materia educativa. Lo más importante para España en materia económica es que nuestra educación sirva para la economía del conocimiento. Pondría en marcha de forma urgente un Pacto Nacional por la Educación. Y la tercera sería la lucha contra el desempleo. Proponemos un Plan de Choque por el Empleo.

¿Qué es lo que ha hecho bien el Gobierno de Rajoy durante la pasada legislatura?

Algo ha hecho bien. Hubo voluntad reformista que duró un año y que fue bastante forzada por la Comisión Europea. Es decir, mientras España ha estado intervenida y ha tenido que cumplir las condiciones que le ha impuesto el MOU se han hecho algunas reformas: el saneamiento del sistema financiero o los cambios de gobernanza en las cajas. Pero se han hecho tarde y mal, a remolque. Un momento crítico fue en mayo de 2012, con la intervención de Bankia y el desastre que supuso estar cortados unos meses en los mercados de capitales por el pánico que hubo cuando se pidió dinero para rescatarla. Pero bueno, se hizo la reforma financiera. Ese sería para mí el mayor logro.

¿Y la reforma laboral, bien, mal o regular?

La reforma laboral tiene luces y sombras. Había dos problemas laborales graves, que eran un exceso de dualidad, que yo cifraría en unos 12 puntos adicionales de temporalidad por encima de lo que la economía justifica (1 de cada 4 trabajadores es temporal y lo normal sería que fuera 1 de cada 10), y la incapacidad absoluta de las empresas para adaptar su realidad a las condiciones económicas que se enfrentan. La empresa estaba en unas condiciones que no podía cambiar y recurría al despido. En España caía el ciclo económico y no se modificaban las horas, ni los salarios y se tenía que despedir gente. La reforma amplió la flexibilidad interna de las empresas. Lo que no hizo y agravó es el problema de dualidad, que es peor, y el problema de precariedad excesiva.

Por tanto, ¿usted propone remodelarla y no derogarla?

Exacto. Lo que hace el acuerdo con el PSOE es tratar de avanzar, de equilibrar una reforma desequilibrada. Tiene que haber flexibilidad pero que sea pactada. Esa es nuestra visión.

¿Y los peores errores de los cuatro años de Rajoy?

El mayor error es la enorme y trágica oportunidad perdida para desarrollar el sistema de financiación autonómica, que es un caos, con una mayoría absoluta. Oportunidad perdida para buscar una verdadera unidad de mercado en toda España, para facilitar el funcionamiento de las empresas… Pero, sobre todo, oportunidad perdida para buscar un gran pacto por la educación. La educación es el gran problema de España.

Dicen los de Podemos que usted negaba con la cabeza todas las medidas que le proponían en la reunión a tres. ¿Qué pasó en aquella sala?

Recuerdo que Nacho Álvarez hizo una propuesta concreta. Y, cuando acabó, Pablo Iglesias se volvió a mí y dijo: “Me gustaría oir lo que Luis piensa de esto”. Esto no lo he contado en ningún sitio: yo dije que había una profunda diferencia filosófica entre lo que ellos proponían y lo que pienso. Le conté que pienso que los problemas graves de España son unos (corrupción, educación, exceso de precariedad…) y que no se iban a resolver con 60.000 millones más. Que, de hecho, se iban a empeorar porque íbamos a perder la confianza de todo el mundo y nos llevarían a un rescate. Le dije que me parecían unas medidas erróneas y fue a petición de Pablo. He de decir que la reunión fue cordial.

Hablemos del déficit. Una vez conocida la desviación. ¿Cuál es la receta a aplicar?

Hay una enorme ineficiencia en el aparato administrativo, muchas duplicidades y redes clientelares establecidas alrededor de los partidos políticos, que controlan puestos de trabajo o asignación de recursos a empresas amigas. El primer paso, por tanto, no es hacer recortes en servicios públicos, sino reformar. Se puede hacer mucho más con los mismos recursos. En segundo lugar, el déficit estructural de España (si tuviera pleno empleo) es del 2,8%. Pero el pleno empleo en España es del 17-18% de paro. Eso es una locura, es inaceptable. Si España pudiera aceptar niveles de empleo del 7-8% no tendríamos ningún problema de déficit. Por tanto, el problema fiscal de España es el paro. Si somos capaces de acabar con el problema del paro este problema se resuelve solo y es algo que la gente no entiende. No es aceptable que la media de paro en España desde el 82 sea del 18%.

¿Es posible en España un paro menor?

Deberíamos estar al 6-7% de paro. Es posible. Esa es la falta de ambición de la que han pecado nuestro gobiernos. No podemos ser un país a la cola de Europa en empleo.

¿Cómo se puede convencer a la Comisión Europea para que sea más flexible con nosotros?

Hay un procedimiento explícito. Nosotros fuimos a Bruselas, hablamos con ellos y lo entendieron. Hay una resolución de la Comisión de enero de 2015 que dice que si existen reformas implementadas con capacidad para asumir el crecimiento económico se puede flexibilizar.

Usted fue uno de los economistas más críticos con Montoro por la desviación del déficit. ¿Debería asumir responsabilidades el ministro?

Montoro le dijo a Rajoy mes y medio antes que el déficit iba a ser el 4,5%. En una empresa privada si haces a tu jefe quedar así de mal te costaría el puesto seguramente.

¿Hay riesgo de intervención de España?

El procedimiento de déficit excesivo, y si España, no cumple con sus compromisos, nos llevará inevitablemente a una intervención.

¿A corto plazo?

Hay que negociar unos objetivos y cumplirlos. La Comisión no tendrá mucha flexibilidad con el Gobierno que hace trampas.

¿Podremos ver otra vez a los hombres de negro en España?

Si no empezamos a ser más creíbles, sí. Se trata de explicarles lo que queremos hacer y hacerlo.

¿Qué le parece que Rajoy anuncie nuevas inversiones en Cataluña pese a ser una de las regiones imcumplidoras?

Las inversiones son necesarias. Hay que buscar un procedimiento más parecido al que aplica Europa. La flexibilidad es necesaria, claro. No son buenos los parones repentinos de inversión. Lo que hay que buscar es flexibilidad a cambio de reformas. Se tiene que sentar el Gobierno con la comunidad autónoma y decirle: entendemos que tenéis un problema y no queremos que recortéis unos servicios básicos, pero pensamos que ocho canales de televisión no hacen falta. No hay que imponer unas reformas sino ver qué reformas prometen a cambio de que os demos financiación. Lo que no se puede dar es financiación incondicionada y hacer trampas, que es lo que ahora pasa.

¿Está en peligro la hucha de las pensiones?

Está siendo usada todos los meses. Ha habido unas previsiones de crecimiento extremadamente exageradas en los ingresos que no se están cumpliendo. Nosotros anunciamos que las previsiones de 2015 y 2016 no se iban a cumplir de ninguna manera. Son previsiones del 6% y el crecimiento de la Seguridad Social es del 1%. Es el cuento de la lechera, porque para llevar a la previsión del Gobierno tendría que estar creciendo al 15% y de ninguna manera.

¿Hay peligro de que se agote la hucha?

Se está agotando, claro que sí.

¿Qué habría que hacer?

Hay que eliminar la proliferación de subvenciones que no tienen ningún efecto sobre el empleo, como se dice en nuestro acuerdo con el PSOE. Y no hay pensiones dignas sin medios laborales dignos. Si queremos garantizar las pensiones es importantes que el mercado laboral funciones.

¿Cómo se lleva con Jordi Sevilla?

Muy bien. La relación personal es muy fluida. No ha habido nunca ninguna filtración. Hemos ido construyendo una confianza a pesar de la diferencia ideológica. Creo que hay que aprender a entenderse. Es inaudito lo contrario.

Si hay nuevas elecciones, ¿seguirán de la mano?

No. Si hubiera elecciones se trataría de buscar que entre todos pudiéramos crear un Gobierno amplio con el apoyo de los tres partidos constitucionalistas que sacara adelante las reformas que España necesita.

¿Continuaría vigente el acuerdo PSOE-Ciudadanos?

No nos hemos planteado todavía nuestro programa electoral, pero cada uno iría con sus propuestas.

¿Qué ocurriría si se aplican las peticiones económicas que plantea Podemos?

Un país con más de 50.000 millones de déficit, con más del 100% del PIB de deuda pública, si se incrementara el gasto público en 60.000 millones más (eran 96.000 en el programa de Gobierno) como propone Podemos, crearía una crisis de confianza en los mercados. Ellos piensan que habría un efecto multiplicador importante, pero pasaría lo contrario. En una economía muy abierta la gente seguramente perdería confianza en que España puede devolver su deuda.

¿Nos pasaría lo que a Grecia?

Syriza ha hecho una serie de promesas extremadamente ambiciosas y parecidas a las de Podemos, pero la realidad ha sido muy diferente. Han tenido que aplicar recortes del 1% del PIB y aumentar el IVA también el 1% del PIB. Y ni con esas puede asegurarse que vaya a ver alivio de la deuda y un programa satisfactorio a sus intereses. Este es el camino que nos espera a España como no seamos prudentes en la gestión económica.

¿Es posible hacer realidad lo que promete Podemos?

Es imposible y, si se intentara, crearía un caos económico en España.

¿Qué coste está teniendo para España esa incertidumbre política?

El coste para España, en incertidumbre, es muy elevado y grave. Las inversiones necesitan certidumbre y si la gente espera el coste es alto. Ya se está notando en la desaceleración. Mi colega Jesús Fernández Villaverde calcula que en estos trimestres se está perdiendo entre el 0,4% y el 0,7% del PIB, entre 4.000 y 7.000 millones y 126.000 empleos menos.

¿Qué le parece la vía Monti que ha propuesto hoy Rivera?

Un país entero no puede estar pendiente de dos personas que no se quieren mover de la silla. Albert Rivera propone desbloquear la situación, pactar, que nos pongamos a hablar. Y los que no quieran que se quiten de enmedio.

¿Ve a De Guindos al frente de un Gobierno de coalición?

No tengo nombres en la cabeza. Lo que hay que hacer es sentarse a discutir cuáles son las ideas clave en las que estamos básicamente de acuerdo los partidos constitucionalistas y, si hay consenso, que creo que sí, elegir a las personas, que es lo de menos.

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