Cuándo Sánchez no le dijo toda la verdad a Évole: un experto en interrogatorios analiza la entrevista en 'Salvados'

La entrevista personal de Jordi Évole a Pedro Sánchez en 'Salvados' tiene algunas claves interesantes si se analiza la comunicación no verbal del exsecretario general del PSOE. Un experto en interrogatorios, con veinte años de experiencia en esta materia para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, explica a Lainformacion.com qué es lo que ocultaba o demostraba Sánchez en su cara a cara con Évole. Estas son sus conclusiones:

- Durante los primeros minutos de la entrevista, Pedro Sánchez estuvo tenso. Lo demuestra que estuvo en esos momentos con las manos cruzadas encima de la mesa, sin apenas gesticular:

- Cuando Évole le pregunta por Rajoy, Sánchez se anima. Cambia de postura y comienza a gesticular. Encadena poco a poco argumentos. Da la sensación de no recordar o pensar en acontecimientos pasados, sino de hablar automáticamente. Es, precisamente, la pregunta que esperaba Sánchez para encajar el mensaje que quiere transmitir:

- Cuando hablan sobre la Gestora del PSOE, Sánchez cambia de nuevo de postura. Vuelve a juntas las manos, arquea ligeramente la espalda, bajando los hombros y realiza una inflexión en el tono de voz. Sánchez busca en ese momento dar una sensación de abatimiento ante una maniobra en su contra que él califica de "injusta". Intensifica la imagen de víctima, la llamada 'Operación mártir'. Arrastra las palabras, realiza ligeras pausas con la mirada hacia abajo. Rememora momentos de lucha y esfuerzo de los que ha salido derrotado.

- En el momento en el que Évole pregunta a Sánchez si habló con formaciones catalanistas sobre un referéndum, Sánchez no dice la verdad:

- Cuando hablan sobre su coche para el proceso de primarias y sobre si ha declarado la guerra al aparato, Sánchez dice que imagina que iniciará ese reccorrido en su vehículo, pero vuelve a no ser sincero. Tampoco dice la verdad cuando le pregunta Évole si vio la segunda votación de investidura:

- Cuando le pregunta por los resultados electorales, Sánchez se pone nervioso. En concreto cuando Évole a lude al "menguante electorado socialista", Sánchez comienza a gesticular y toma distancia sobre la mesa. En una gesto agresivo echa la espalada hacia atrás. Se siente incómodo porque se siente responsable:

- En el momento en el que hablan de la defenestración de Tomás Gómez, Sánchez hace un pequeño gesto para intentar recordar lo sucedido. No es sincero, está inventando esa recreación:

- Cuando Sánchez afirma que recibió presiones de El País para que no pactase con Podemos, le aparece un reflejo nervioso en el ojo derecho, porque la situación le produce una rabia intensa. Este reflejo aparece de nuevo cuando Évole le pide nombres y él responde "No es mi estilo". Siente rabia interior:

- A la hora de hablar de la autonomía del PSOE tampoco dice la verdad. La frase "yo defiendo la autonomía del PSOE y de su proyecto político" no es sincera. Cuando Évole alude a la independencia de El País, Sánchez se echa para atrás porque la pregunta le incomoda. De nuevo hace un movimiento agresivo de toma de distancia:

- Cuando hablan del "divorcio" con Susana Díaz, Sánchez se lleva la mano al mentón y esboza una sonrisa forzada. La pregunta, de nuevo, le incomoda:

Cuando Sánchez habla de Felipe González también se lleva la mano al mentón, demostrando incomodidad: 

En la entrevista con Évole, Pedro Sánchez dijo que recibió "presiones de los poderes económicos y mediáticos para no pactar un Gobierno alternativo".