Puigdemont: votar en el Congreso es su solución. No hacerlo una contradicción

  • Hay fórmulas para escuchar al president, lo mismo que se escuchó al lehendakari. Una proposición de Ley, una no de ley o una moción. En todas se acaba con votación.

    La clave es discutir quién tiene la representación de la soberanía popular ¿El Congreso o un ente extraño llamado "el pueblo catalán" cuya voluntad se arrogan los independentistas?

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Puigdemont asegura que la identidad catalana está "por encima" de los que quiere hundir a Cataluña
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EUROPA PRESS
J. R. Pin Arboledas

Busca una salida a la desesperada. Puigdemont acepta ir al Congreso. No para someter su process a la soberanía popular, sino para dar un mitin a sus señorías. No quiere abrir un debate, sino dar una explicación. Algo contradictorio con una cámara donde su naturaleza es la discusión y en base a ella la decisión.

Hay fórmulas para escuchar al president, lo mismo que se escuchó al lehendakari en anterior ocasión. Una proposición de Ley, una no de ley o una moción. En todas se acaba con votación. A la vista del resultado, la soberanía popular española, que reside en el Congreso acepta o no su proposición. La aceptación, o la no aceptación, es un mandato para el Gobierno de la nación. Esa es la regla de la democracia. Puigdemont lo sabe y por eso no quiere la votación. Extraña su reacción de "demócrata" que dice ser.

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La clave es discutir quién tiene la representación de la soberanía popular ¿Es el Congreso o un ente extraño llamado "el pueblo catalán" cuya voluntad se quieren arrogar los independentistas? En el Congreso votarán representados los españoles, incluidos los catalanes. Catalanes de partidos independentistas y catalanes de las otras fuerzas políticas. Si es el Congreso, lo que este decida es la ley y todo demócrata la tiene que acatar. Si no quiere que se vote es como querer jugar y siempre ganar.

No querer la votación es dar por sentado que el Congreso español no tiene soberanía sobre lo que decida la Generalitat. Una interpretación ilegal, porque la autonomía existe por la voluntad de esta institución. Los sucesivos estatutos catalanes de autonomía son leyes españolas y, por tanto democráticas. Cualquier otra interpretación es un acto de sedición.

¿Congreso sin votación? Es una contradicción. Estamos en la dialéctica de la trampa y el engaño. Puigdemont desea a los diputados quietos en sus escaños, que le escuchen como les va a hacer daño y luego hacer lo que quiera ¡Listo este President!

Una votación, sin embargo es su solución. Si gana tiene vía libre para su referéndum. Si pierde puede volver a Barcelona y decir que se ha encallado su process y que no hay otra solución que disolver y convocar elecciones al Parlament. Es la vía de salida de ese callejón donde se ha metido, o lo han metido. Él ya ha dicho que no se presentará más. Él sabe que fracasó. Él quiere volver a su tierra de la que nunca debió salir. Esa Girona independentista que festeja que su equipo de fútbol esté en la primera división española ¡Menuda contradicción!

Lo del Girona Club de Fútbol es la expresión de la Cataluña real. Le gusta jugar a España y en España; lo considera un honor. Pero luego seguro que sacan las esteladas y pitan el himno nacional si llegan a la final; más aún si fuera la de la copa real !Son como niños adolescentes¡ Se trata de hacer rabiar, pero luego a la hora de cenar al hogar familiar y al final de semana una paga para poder gastar.

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