Según el borrador sobre el que trabajan todas las partes implicadas (el Ministerio de Fomento, Comunidad de Madrid, Ayuntamiento de Madrid y Distrito Castellana Norte, formada por BBVA y la constructora San José), el área afectada sería de unos 2 millones de metros cuadrados, frente a los 3,2 millones planteados inicialmente, y se distribuirían en cuatro ámbitos.
Estas cuatro zonas responden a Fuencarral-Tres Olivos, Fuencarral Malmea, Las Tablas y el distrito de Negocios, que tendrían coeficientes de edificabilidad independientes. El uso residencial global también disminuiría, hasta un 36 por ciento, frente a la oferta de Distrito Castellana Norte, que hablaba de un 20 por ciento, debido a que se excluyen los terrenos de vías ferroviarias.
Además, según están negociando, la gestión del plan pasaría a manos del Ayuntamiento de Madrid, controlando tiempos y actuaciones --los técnicos municipales son los que se encargarían de la reforma a través de una modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU)--, han señalado las mismas fuentes.
El borrador también recoge que la estación de Chamartín se convertiría en el centro del nuevo barrio de servicios. Para compensar a los operadores privados de la reducción de sus plusvalías, el Ayuntamiento de Madrid asumiría el coste de las infraestructuras viarias previstas.
Aunque no hay fecha para firmar el acuerdo, fuentes próximas apuntan a que está "cerca" y no debería pasar de este verano. Se está a la espera de que el Ayuntamiento, con el concejal de Urbanismo, José Manuel Calvo al frente, dé el visto bueno definitivo.
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