El golpe desatado el miércoles contra Pedro Sánchez no ha salido como se esperaba y eso ha abierto las primeras grietas entre el grupo de barones críticos. La mayoría de ellos reprochan a Susana Díaz que no tuviera todo atado cuando decidió desencadenar la rebelión con la presentación de las firmas de los 17 dimisionarios de la Ejecutiva Federal.
Entre los barones molestos con Susana Díaz se encuentran los presidentes autonómicos de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, Asturias, Javier Fernández, y Aragón, Javier Lambán.
Estos dirigentes no se explican que la acción desencadenada desde el Palacio de San Telmo de Sevilla no estuviera mejor organizada. Se fiaron de la dirigente andaluza, quien les dijo que Sánchez decaería inmediatamente después de presentarse las dimisiones. Pero no fue así y el secretario general ha resistido.
No se explican tampoco que los dirigentes andaluces que han comandado la rebelión no tuvieran siquiera bien estudiados los estatutos del partido. En privado califican la maniobra de "auténtica chapuza".
El malestar con Susana Díaz llega a tal punto que este viernes por la noche estaba convocada una cena entre todos los barones críticos y la misma se suspendió por el malestar con la dirigente andaluza.
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